Cerrada defensa de la libertad religiosa y de enseñanza del purpurado, días después de que Celáa la pusiera en cuestión
“¿Pidieron los padres permiso a sus hijos para enviarlos al colegio? ¿Por qué no van a iniciarlos también en la fe? Nunca seremos auténticamente libres si la libertad no se educa; somos como un campo que no produce buen fruto si no se cultiva”
“La Constitución no tiene fecha de caducidad ni está limitada a algunas generaciones”, finalizó Blázquez su añadido. “Que la tentación del caos no prevalezca nunca sobre la unidad asegurada por la constitución”
“La fe no se puede imponer ni impedir”, advirtió Blázquez, quien añadió que “en las persecuciones y hasta en la cárcel hay un recinto sagrado e inviolable en el corazón de la persona. Dios quiere ser adorado por personas libres”
Ni una palabra sobre la situación política actual: ni Franco, ni las elecciones, ni las recientes declaraciones de la ministra Celáa sobre la concertada. Parecía como si Blázquez -ya de salida- no quisiera meterse en más líos. O ignorara deliberadamente la realidad