El administrador de la Abadía del Valle de los Caídos asegura, ahora, que no opondrá una "resistencia violenta" a la orden del Supremo, y que jamás ha pretendido echar un pulso al Estado o al Vaticano
Hace apenas 48 horas, en una carta oficial, espetaba a la vicepresidenta Calvo que "la Abadía no autoriza el acceso a la Basílica con la finalidad de acceder a una sepultura", como exigió el Supremo
El Alto Tribunal tuvo que recordarle el artículo 118 de la Constitución, so pena de desacato
El Papa, que vivió en sus propias carnes una dictadura, jamás quiso tener nada que ver con la trama del prior
El desafío de la Abadía ha sido triple, y a los tres poderes del Estado: al Parlamento, que aprobó -sin un voto en contra- la salida de Franco del Valle; al Consejo de Ministros, que ordenó la exhumación del dictador; y al Tribunal Supremo, que finalmente quitó al prior la capacidad de veto a la entrada de los funcionarios del Estado