"En el delito del colegio Gaztelueta hubo un trato lamentable y una gestión muy negligente por parte de la dirección, el consejo de administración y el AMPA del centro y un silencio terrible por parte de la Prelatura del Opus Dei y de sabios es rectificar, de necios seguir negando la realidad y faltando a la verdad"
"Se ha estado minimizando a estas víctimas a través de faltas de respeto, vejaciones, atroz y cruel negacionismo, e incluso actitudes que rozan la incitación al odio y el terrorismo psicológico"
¿Actúa la Iglesia? "Hasta ahora no. Hay intención, pero no acción. En algunas personas de la jerarquía. En otras no"
"Quienes siempre nos han acusado de querer acabar con la institución han faltado a la verdad buscando la defensa de la impunidad y la pasividad que han desplegado mediante un ridículo argumento que ya nadie cree ni asume como propio. Precisamente nuestra función al denunciar es ayudar a limpiar la institución después de tanto tiempo de encubrimiento y omisión de socorro. Asumir las responsabilidades es también una parte del cristianismo"
(Perdón y reparación): "Se lo deben a aquel niño que fue abusado y agredido por un numerario del Opus Dei. Se lo deben"
"Un colegio, su organización y su Prelatura, además de personajes como Silverio Nieto, Gil Tamayo, Mario Iceta, Fratini, Muller o Ladaria, por citar sólo unos nombres deberían dar la cara, asumir los principios de la religión que dicen procesar y amparar públicamente la integridad y la condición de Juan Cuatrecasas Cuevas, reponiendo su buen nombre, algo que en su día mancillaron sin rubor, poniéndose del lado del delito"