Así lo expresó durante la reunión del 23 de agosto con Báez, Herrera y Mora León XIV apoya a los obispos desterrados de Nicaragua: "Siguen siendo pastores de su Iglesia y conservan sus responsabilidades"

El pontífice reafirmó su cercanía con la Iglesia que peregrina en Nicaragua y que sufre una persecución sostenida y progresiva bajo el régimen Ortega Murillo
Los obispos que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha expulsado del país a través del exilio forzado y el destierro siguen siendo pastores de la Iglesia nicaragüense y conservan las responsabilidades asumidas en la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN)
Así lo ratificó el papa León XIV al reunirse el 23 de agosto con monseñor Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, presidente de la CEN y obispo de Jinotega; con monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega, obispo de Siuna; y con monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua, confió una fuente eclesiástica
Así lo ratificó el papa León XIV al reunirse el 23 de agosto con monseñor Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, presidente de la CEN y obispo de Jinotega; con monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega, obispo de Siuna; y con monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua, confió una fuente eclesiástica
| RD/Agencias
Los obispos que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha expulsado del país a través del exilio forzado y el destierro siguen siendo pastores de la Iglesia nicaragüense y conservan las responsabilidades asumidas en la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN).
Así lo ratificó el papa León XIV al reunirse el 23 de agosto con monseñor Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, presidente de la CEN y obispo de Jinotega; con monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega, obispo de Siuna; y con monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua, confió una fuente eclesiástica.
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El Santo Padre escuchó de viva voz el testimonio de los prelados, quienes relataron la realidad de persecución que vive la Iglesia en Nicaragua.

El Papa León XIV, que conoce este drama desde su servicio previo en el Dicasterio para los Obispos, confirmó la legitimidad de su ministerio y la vigencia de los cargos asumidos en 2021, cuando la CEN celebró su última elección.
La CEN debió hacer elecciones en noviembre de 2024. Pero, monseñor Carlos Herrera continúa como presidente. Monseñor Rolando José Álvarez Lagos, obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, mantiene la responsabilidad de las áreas de Comunicación y de Laicos. Monseñor Isidoro Mora sigue al frente del área de Ecumenismo y Fe. Pese al exilio y la violencia estatal que los separó de sus comunidades, los tres permanecen en comunión con el pueblo de Dios en Nicaragua.
Monseñor Báez, forzado a exiliarse en 2019 por amenazas directas contra su vida, no participó en la elección episcopal de 2021 y por esa razón no asumió responsabilidades dentro de la CEN en el período vigente.
Su figura, sin embargo, se mantiene como una de las más visibles y proféticas del episcopado nicaragüense en el exterior, y su participación en la reunión con el Papa León XIV reforzó la unidad del liderazgo católico que ha sido expulsado del país.
La abogada Martha Patricia Molina, autora del estudio Nicaragua, una Iglesia perseguida, valoró la reunión de los obispos desterrados con el Papa como una señal de continuidad institucional para la Iglesia nicaragüense.
“Este encuentro manda llamar a las voces autorizadas. Y quién mejor que el presidente de la Conferencia Episcopal y los obispos desterrados. Supongo que la reunión versó sobre la persecución religiosa que se vive en Nicaragua y también sobre las orientaciones que pudo haber emitido el Papa”, expresó Molina.
Molina también explicó la situación de monseñor Álvarez, quien pasó más de 500 días en prisión antes de su destierro.

“El caso de monseñor Álvarez es distinto porque, además de haber sido desterrado y desnacionalizado, sufrió torturas y aislamiento. Está cercano al Papa y me imagino que ya tuvo su reunión en privado de manera directa con él”, comentó la abogada.
El sacerdote Erick Díaz, exiliado en 2022 y despojado de la nacionalidad, coincidió en que la cercanía física de monseñor Álvarez con el pontífice le ha permitido encuentros más personales; y del encuentro del Papa con los otros tres obispos consideró que estuvo “marcado por la fe, marcado por la esperanza y marcado por la comunión. El Papa escuchó de viva voz a los obispos y quiso mandar un mensaje de que la Iglesia en Nicaragua no está sola”, señaló.
"El Papa es un hombre prudente y equilibrado, seguramente utilizará canales diplomáticos, pero también quiso dejar claro que la Iglesia nicaragüense no ha quedado sin pastores"
El padre Erick recordó que el Papa León XIV conoce la situación desde que estuvo al frente del Dicasterio para los Obispos, pero destacó que ahora, como Pontífice, la comunión con los exiliados adquiere un valor distinto.
“Lo veo como un gesto de cercanía y de apoyo. El Papa es un hombre prudente y equilibrado, seguramente utilizará canales diplomáticos, pero también quiso dejar claro que la Iglesia nicaragüense no ha quedado sin pastores”, agregó.
En un país donde más de 200 sacerdotes y religiosas han sido expulsados en los últimos cinco años y donde templos y colegios han sido confiscados, la ratificación papal confirma que los obispos nicaragüenses mantienen intacta su misión pastoral y conservan su lugar en la estructura eclesial del país, aunque el régimen intente borrarlos de la vida pública.
