Bloqueos han dejado pérdidas millonarias Episcopado Mexicano se solidariza con productores de maíz que demandan precios justos

Episcopado Mexicano se solidariza con productores de maíz que demandan precios justos
Episcopado Mexicano se solidariza con productores de maíz que demandan precios justos

En México, miles de campesinos se encuentran manifestándose por todo el país, con bloqueos carreteros que han causado diversas afectaciones a ciudadanos que transitan diariamente por esas vías. 

Por lo que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se pronunció al respecto, pidiendo a las autoridades, atender de manera urgente con “justicia y prontitud” la situación de inconformidad que están señalando los productores de maíz sobre el precio justo para sus productos.

Mediante un comunicado la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) pidió al Gobierno Federal  actuar con altura de miras, diligencia y verdadera capacidad de negociación debido a la situación que viven productores de maíz, inconformidad que ha causado afectaciones en diversos estados de la República, particularmente en Jalisco, Guanajuato y Michoacan. 

Aseguraron que México tiene una larga historia de luchas agrarias que no pueden ser ignoradas, por lo que es responsabilidad del Estado crear y fortalecer mecanismos que garanticen precios de garantía justos, apoyos efectivos al campo, y compensación por las pérdidas económicas que esta crisis ha generado en tan pocos días. 

Los obispos mexicanos destacaron que el campo mexicano, que alimenta la nación, merece ser atendido con justicia y prontitud, pues afirmaron que la exigencia por precios justos que permitan una vida digna no es un capricho, sino una demanda legítima que encuentra eco en la enseñanza social de la Iglesia. 

“Como Iglesia, no podemos permanecer indiferentes ante el clamor de los productores del campo mexicano, quienes enfrentan una situación verdaderamente desesperante. Los precios internacionales y la falta de mecanismos efectivos de protección han llevado a muchos de nuestros agricultores a malbaratar el fruto de su trabajo, poniendo en riesgo su sustento y el de sus familias” 

Además la CEM enfatizó que de no atenderse pronto este problema, se corre el riesgo de caer en una descomposición social irreversible que afectará tanto al campo como a la economía nacional y al bienestar de millones de mexicanos.

Los líderes religiosos se unieron al clamor de los productores: 

“Comprendemos su angustia y reconocemos la justicia de sus demandas. Sin embargo, les exhortamos a buscar caminos de diálogo que no profundicen el sufrimiento de otros hermanos mexicanos que también viven situaciones difíciles”.

Pero, también hicieron un llamado a las empresas, para que muestren su solidaridad y sentido de justicia, para que paguen precios justos por los productos del campo, reconociendo que detrás de cada cosecha hay familias enteras que dependen de ese ingreso. 

A la sociedad en general pidieron “comprensión mutua, diálogo constructivo y la búsqueda de soluciones que beneficien verdaderamente a todos”.

Asimismo, lamentaron las graves afectaciones que estos bloqueos han causado a miles de personas: trabajadores que no pudieron llegar a sus empleos, enfermos que no accedieron a sus consultas médicas, medicamentos que no llegaron a su destino, y lamentablemente, personas que han perdido la vida por falta de atención oportuna. 

“Las pérdidas económicas son millonarias, y el daño al tejido social es incalculable. Cada persona afectada, cada familia que sufre, merece también nuestra solidaridad y atención”.

Finalmente comentaron que la Doctrina Social de la Iglesia nos debe recordar que el bien común debe prevalecer sobre los intereses particulares, y que el destino universal de los bienes exige que los recursos de la tierra sirvan para el beneficio de todos, especialmente de los más necesitados.

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