Abre hoy, por fin, sus puertas en Karlsruhe (Alemania) la XI Asamblea general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), cuyo lema es "El amor de Cristo lleva al mundo a la reconciliación y la unidad": hoy, 31 de agosto de 2022. Anoche no más fallecía en el Hospital Clínico de Moscú, a los 91 años de edad, Mijaíl Gorbachov, el último presidente de la URSS, bajo cuyo mandato se puso fin a la Guerra Fría, y se derribó el muro de Berlín, el Premio Nobel de la Paz 1990 y el hombre que acaso más hizo por la paz en el siglo XX: sabía mucho de ese argumento que promete ser central en Karlsruhe, la reconciliación.
La pandemia y la guerra han sido serios impedimentos que sortear para la celebración de Karlsruhe. Ante la tragedia y la muerte, se han vuelto a descubrir los límites del individualismo, los retos de la globalización y los estragos que la guerra y la pobreza siguen causando. Toda una asignatura de oscura casuística que, en consecuencia, se deberá aprender y asumir.
La reflexión sobre el lema de Karlsruhe tiene como objetivo alentar a los líderes de la Iglesia y las congregaciones locales a meditar y discutir la oportuna importancia de la compasión de Cristo en un mundo marcado por la emergencia climática, la injusticia económica sistémica, la revolución digital y los populismos nacionales, alimentados por el miedo al otro.
Un mundo que clama por un amor profundo, por la comunidad, por la justicia y la esperanza necesita Iglesias que estén visiblemente en comunión, que anhelen la unidad donde hay división y encuentren un nuevo futuro para la humanidad y toda la creación. Iglesias, en suma, que se decanten por un “ecumenismo del corazón”.