31 dic 2025
La mujer que dió a luz el Año Nuevo
Sin Novedad no hay Año Nuevo: cuando el tiempo no se abre al Kairós de Dios, la historia se repite en injusticias maquilladas y la fe se vuelve ideología. Y la novedad es esta: Dios sigue naciendo allí donde alguien se atreve a creer, como María, que las promesas se cumplirán, que su Hijo trae resurrección, misericordia y justicia. Esa fe no nos saca del mundo, pero lo vuelve habitable, lo transforma en Pueblo de Dios.
María, humilde mujer de pueblo, no se resigna a la repetición estéril de lo mismo porque su compasión la vuelve sensible al clamor del Dios de los pobres… Al acoger la Palabra, arriesga su vida y su futuro para dar a luz a Jesucristo, fuente de una esperanza desconocida. Su fe engendra una alegría que no huye del conflicto, sino que inaugura liberación y dignidad para los humildes.
“Una fe que no incomoda al poder ha dejado de ser cristiana” . María incomoda porque revela que Dios actúa sin pedir permiso a los guardianes del palacio y de lo sagrado, aunque las castas del templo pretendan sacarla del Pueblo y hacerla una sumisa estatua de devoción, melodías bobas y milagros mágicos. Por eso su figura sigue siendo subversiva: recuerda que ninguna estructura legal o institucional puede sustituir la fidelidad al Evangelio, la Buena Novedad.