Su viaje ha sido mostrado con efusividad por la red de comunicadores y medios que poseen las diócesis del país
Entre los señalamientos que se pueden leer en las reflexiones de varios laicos con audiencia en las redes sociales predomina el sentimiento de incoherencia por la imagen que se ha brindado sobre esta visita, que parece transcurrir en un país donde todo marcha de maravillas, incluyendo las relaciones entre la Iglesia y el Estado.
Stella, durante su paso por la Isla, dialogó con personas vinculadas a la disidencia, pero siempre advirtió que no estaba en Cuba como profeta para denunciar las injusticias sociales del sistema.
En una de sus homilías citando a Juan Pablo II dijo “que el pueblo cubano debe recorrer un camino de reconciliación, de diálogo y de acogida fraterna del prójimo, de todo prójimo. A esto se le puede llamar: el Evangelio social de la Iglesia”.