San José, buen padre de familia, fue esposo de María, madre de Jesús, a quien educó para ser Mesías de Israel.
Jesús aceptó su educación, pero la cumplió de un modo distinto. Así le veneran los católicos como Patrono de la Iglesia y guía de los seminaristas.
Por otra parte, el Papa Francisco ha dedicado este año (2021) a San José (Con corazón de Padre) presentándole como hombre valiente, iniciador mesiánico de Jesús para quien abrió caminos de humanidad nueva y esperanza... aunque Jesús los recorrió después de un modo distinto.
Así define Francisco la “castidad de José” (su limpieza más honda, su transparencia de amor con María, al servicio del "mesías"), presentándole como educador de Jesús..., que cumplió su educación, pero de un modo distinto.
San Jose buscaba una cosa, haciendo aquello que le habían enseñado, porque era justo, pero fue encontrando otra y la aceptó (porque era justo). Enseñó un buen camino, el de siempre, el verdadero, pero su hijo le obedeció al desobedecerle, porque entendió bien lo que José en verdad decía y quería, no el simple sonido de sus palabras externas.
Ser buen padre era entonces y sigue siendo ahora tener hijos respetando a la mujer como portadora (con él) de la palabra de Dios, y educarles bien a los hijos (con la mujer) para que ellos mismos encuentren la "verdad" de Dios, esto es, la Vida, y no repitan sin más lo que tu haces. Ésto es lo que dicen de José los evangelios, especialmente el de Mt 1, 18-25 (anunciación de José) y el de Lc 2, 41-52 (niño que desobedece a los María y José en Jerusalén, para obedecerles de verdad, en un plano mas alto).