Roma queda sola en una demostración ridícula, vergonzosa, inconcebible y cobarde de soberbia patriarcal frente a un creciente consenso ecuménico sobre la igualdad humana, también en el ministerio.
"Señalan las personas que han estudiado los ojos de la Guadalupana que se puede apreciar claramente la silueta de 13 figuras humanas minúsculas, entre ellas la de una mujer de tez negra, nariz achatada y labios gruesos… ¿Está grabada en su pupila cada una de nuestras siluetas femeninas?"