"El pacto global de la belleza"
"Lo primero que quiero decirles, queridos jóvenes, es lo siguiente: ¡Hagan emerger su belleza! No la que se ajusta a las modas del mundo, sino la verdadera". Francisco invita a hacer "un pacto global de la belleza" que implica trabajar en la educación y que, recuerda el Papa, "no es eficaz si no sabe crear poetas". La belleza no es del tipo narcisista y ensimismado, sino "un reflejo de la belleza divina", una forma privilegiada de llegar a Dios.
Para cambiar el mundo
La belleza que se persigue, sin embargo, "no tiene miedo de ensuciarse, de desfigurarse para ser fiel al amor del que está hecha". De ahí la invitación a no quedarse como "bellas durmientes en el bosque" sino a actuar, saliendo de uno mismo. " Les deseo -escribe el Papa- una sana inquietud en sus deseos e intenciones, esa inquietud que siempre les empuja a caminar, a no sentirse nunca 'arribados'". No se trata de ser Peter Pan ni jóvenes hikikomori que tienen miedo de enfrentarse al mundo, sino de ser "abiertos y valientes" que no huyen de la responsabilidad.
"Si los jóvenes no cambian el mundo, ¿quién lo hará? Me dirán: sí, pero ¿cómo? Defendiendo la belleza herida de tantos excluidos del mundo; estando abiertos a acoger a los demás, especialmente a los más vulnerables y marginados; mirando al otro que es diferente de mí no como una amenaza sino como una riqueza. Y también defendiendo la belleza herida de la creación, protegiendo los recursos de nuestra casa común, adoptando estilos de vida más sobrios y respetuosos con el medio ambiente". Francisco remite al mensaje de los jóvenes reunidos en Praga en la "Conferencia de la Juventud de la UE" en julio de este año, invitándoles a mirar a Lisboa para la JMJ de 2023, "que promete ser un gran signo de esperanza y belleza para todos los jóvenes del mundo".
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