La muerte violenta del salvador divino (109-08)

Tema de “La Escuela de la Historia de las religiones y el paulinismo” (3). “Rasgos principales de la teología básica del paulinismo” (V)

Hoy escribe Antonio Piñero

Continuamos con la doctrina fundamental del paulinismo, comentando la defensa de Hyam Maccoby del punto de vista de la “Escuela de la Historia de las Religiones”. Respecto al punto 3. la muerte violenta del salvador divino es un tema sobre el que se discute mucho si tiene o no raíces en el judaísmo.

El sufrimiento del mesías, ya sea una figura individual o colectiva, sí pudo tener sus puntos de anclaje en textos del Antiguo Testamento como Zac 12,10

“Y verán a aquél al que traspasaron”


O en el siervo sufriente de Yahvé de Isaías 53, cuyas expresiones más típicas son las siguientes:

3 Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no le tuvimos en cuenta. 4 ¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado. 5 El ha sido herido por nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. El soportó el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos sido curados. 6 Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno marchó por su camino, y Yahvé descargó sobre él la culpa de todos nosotros.

7 Fue oprimido, y él se humilló y no abrió la boca. Como un cordero al degüello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan está muda, tampoco él abrió la boca. 8 Tras arresto y juicio fue arrebatado, y de sus contemporáneos, ¿quién se preocupa? Fue arrancado de la tierra de los vivos; por las rebeldías de su pueblo ha sido herido; 9 y se puso su sepultura entre los malvados y con los ricos su tumba, por más que no hizo atropello ni hubo engaño en su boca. 10 Mas plugo a Yahvé quebrantarle con dolencias.


Se ha querido ver en lo que sigue del texto la idea de que este misterioso personaje es resucitado por Dios:

Si se da a sí mismo en expiación, verá descendencia, alargará sus días, y lo que plazca a Yahvé se cumplirá por su mano. 11 Por las fatigas de su alma, verá luz, se saciará. Por su conocimiento justificará mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportará. 12 Por eso le daré su parte entre los grandes y con poderosos repartirá despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes.


Pero ciertamente el pasaje es muy obscuro y permite otra interpretación (de hecho entre los judíos prácticamente nunca se aplicó todo este texto al mesías): antes de morir, el siervo de Yahvé tuvo descendencia y por medio de ella, no por sí mismo –que ya está muerto- acabará triunfando. Tal “resurrección” sería, pues, meramente metafórica. Como luego pensarán los estoicos, el siervo “vive” en el recuerdo de su descendencia y en lo que ésta hace.

De cualquier modo, estos “mesías” del judaísmo (de Isaías y Zacarías, si es que se puede considerar así) son figuras puramente humanas. Por el contrario, el sufrimiento y la muerte del mesías cristiano son totalmente ajenos al judaísmo, pues comportan la idea de la muerte de un ser divino, que es preexistente.

Sin embargo, la idea de que una divinidad –en concreto un ente parte humano y parte divino, como los héroes y los hijos de las divinidades- pueda morir es algo relativamente común en el mundo de la religiosidad helenística y contrasta profundamente con la idea judía de que Dios no puede morir. Los dioses que mueren y resucitan son una concepción del paganismo.

Y si no encontramos en el judaísmo antecedentes de esta noción, ¿hacia dónde mirar en el ámbito de las religiones del momento? No hay suficientes analogías de esa concepción en el gnosticismo, porque para la gnosis, el cuerpo no tiene una significación especial. El salvador gnóstico no tiene una carne verdadera y sólo baja a la tierra para salvar a la parte espiritual de los humanos.

Apuntar, además, hacia paralelos de la gnosis tiene además -en el momento de Pablo- problemas metodológicos que quizá alguna vez podamos abordar. En síntesis son el siguiente: todos los textos que tenemos del gnosticismo occidental, que es el que interesa aquí, son posteriores a Pablo. Acorde con esta realidad cronológica, se ha defendido que este gnosticismo occidental alberga en su seno ideas afines al cristianismo sencillamente porque las ha tomado de éste.

El problema no es tan simple, pero es real. Se suele salir de él apuntando a que antes del gnosticismo (cuyo florecimiento comienza en el siglo II d.C.) ya existían ideas, conceptos gnósticos en el ambiente, que se desarrollarán de diversa manera: los judíos a la suya hasta desembocar en la Cábala, y los cristianos a la suya, fundándose en Pablo y en el Evangelio de Juan. Pero los conceptos gnósticos existían antes.

Sea de momento de esta discusión como fuere, lo cierto es que no se puede mirar hacia la gnosis para justificar el concepto de una “divinidad que muere y resucita”, por lo que antes dijimos: ni le interesa lo corpóreo/material, ni admite en absoluto la divinidad pueda morir.

Debemos mirar hacia otro lado: hacia las divinidades que tienen ciertos visos de preexistencia, que se hallan encarnadas en cuerpos mortales y que sufren una muerte y resurrección. Y la única analogía que encontramos en el mundo antiguo para estas ideas es la de las cultos de “misterios”: Dioniso es desgarrado por los Titanes; Osiris es muerto por su enemigo Set; Adonis es destrozado por un jabalí, enviado por la divinidad; Atis muere tras automutilarse; Orfeo es despedazado por la ménades…

Es cierto que las analogías con la concepción cristiana de la muerte violenta del salvador son sólo aproximadas, pero son las únicas. Pero se argumenta: para clasificar al cristianismo dentro de la Historia de las religiones no hace falta decir que el cristianismo copia literalmente ninguna idea, sino que simplemente “se inspira” en ella.

Y aquí está la discusión. Para los creyentes esta posición es inasumuible. Jesús muere y resucita porque es hijo óntico de Dios y basta. Pero, como digo, los historiadores se sienten mucho más inclinados a buscar relaciones de dependencia.

Seguiremos con los siguientes puntos.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com
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En el otro blog, “Cristianismo e Historia”, el tema de hoy es

“El mesías sacerdotal (I)”

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Magíster de "Ciencias de las Religiones"

Universidad PABLO DE OLAVIDE , Sevilla

Véase postal de 26-06-2009

Enlace de Internet para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.
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