Crítica de fuentes aplicada al Evangelio de Lucas. Un ejemplo (I) (200-20)

Hoy escribe Antonio Piñero


Como prometimos, ponemos ahora un ejemplo de metodología analítica que intenta descubrir que fuentes subyacen al Evangelio de Lucas en una perícopa o fragmento determinado. Es lo que se llama un “análisis diacrónico”: se parte del texto y se intenta retroceder hacia atrás, lo más posible. El motor e interés de esta investigación es múltiple:

• Si se logra atisbar cómo pudo ser la fuente de Lucas, se puede percibir también con qué posible fidelidad la sigue éste y obtener conclusiones.

• En principio cuanto más atrás cronológicamente nos situemos, más cerca estaremos del tiempo del Jesús histórico. Aunque no necesariamente ocurre así en todas las ocasiones, siempre es bueno acercarse lo más posible al personaje investigado.

• Si se percibe también por el análisis que la fuente de la que se sirve Lucas es independiente del Evangelio de Marcos y de la “Fuente de los dichos”, tendríamos un argumento más de lo que se llama “atestiguamiento múltiple”. Cuantas más fuentes distintas e independientes sean testimonio de una tradición sobre Jesús, más probabilidades hay de que esta tradición sea histórica.

Nos servimos de nuevo del texto sobre el que en la actualidad estoy trabajando, el volumen IV del Comentario a Lucas de François Bovon que –espero- a lo largo de este año vea la luz en lengua española a cargo de la editorial Sígueme. Ahora, traducimos las pp. de la edición original, francesa, 354-359. Como el texto es muy amplio, lo divido en varias postales.

He aquí el pasaje en español (Lucas 23,26-43):

26 Y cuando lo estaban llevando, pusieron la mano en un cierto Simón, de Cirene, que volvía del campo. Le pusieron la cruz sobre sus hombros* para que la llevara detrás de Jesús. 27 Y lo seguía una gran muchedumbre del pueblo, así como mujeres que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él. 28 Y volviéndose hacia ellas, Jesús les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos; 29 Ved que vienen días en los que se comenzará a decir: Bienaventuradas las mujeres estériles, los vientres que no engendraron y los pechos que no criaron. 30 Entonces comenzarán a decir a las montañas: Caed sobre nosotros, y a las colinas: Cubridnos, 31 porque, si hacen esto con el leño verde**, ¿que ocurrirá con el seco? 32 Y llevaron otros dos malhechores por ser ejecutados con él. 33 Y cuando llegaron al lugar llamado “Cráneo”***, lo crucificaron allí y a los malhechores, uno a su derecha, el otro a su izquierda. 34 Jesús decía: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen****. Luego, se repartieron sus vestidos, y los sortearon. 35 Y el pueblo estaba allí de pie y contemplaba*****. Pero las autoridades mascullaban diciendo: Ha salvado a otros, sálvese a sí mismo, si es****** el mesías de Dios, el elegido. 36 Los soldados se burlaban también de él acercándose, ofreciéndole vinagre y diciendo: 37 Si eres tú el rey de judíos, sálvate a ti mismo. 38 Y había también un epígrafe encima de él: “Éste es el rey de judíos”. 39 Uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba diciendo: ¿No eres tú el mesías? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros contigo! 40 Y el otro le respondió reprendiéndolo con estas palabras: ¿No temes ni a Dios? Porque estás sometido a la misma condena. 41 Porque nosotros recibimos con razón un castigo que corresponde a lo que cometimos*******; pero éste nada malo hizo. 42 Luego decía*********: Jesús, acuérdate de mí, cuando vengas en tu reino. 43 Jesús le dijo: En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el Paraíso.


Observaciones:


* Lit. “Sobre él”.
** Lit. “Húmedo”, “tierno”.
*** También, “Calavera”, “Calvario”
**** Sobre el problema de crítica textual que plantea esta frase, habría que hacer un comentario especial.
***** Lit. “Contemplando”.
****** Lit. “Si éste es”.
******* Lit. “Cosas dignas de lo que hicimos”.
******** El imperfecto, en vez del aoristo, es sorprendente. Indica que el buen ladrón repite su demanda, o insiste formulándola.


Cedo la palabra al Prof. Bovon de la Universidad de Harvard. Unido a su texto, y sin marca alguna para no dificultar la lectura, añado mis breves aclaraciones de modo que el lector español pueda comprender mejor:

“El lector recordará que entre las explicaciones diversas sobre el origen del relato de la Pasión hemos elegido a lo largo del Comentario y debido a multitud de análisis el procedimiento o modleo de la alternancia de fuentes. Lucas, a mi juicio, reelabora por turno el evangelio de Marcos y su Material propio. Entiendo por “Material propio” el producto literario de un autor cristiano, anterior a Lucas que compuso en griego un relato de la Pasión. Aunque su estructura es muy parecida a la del Evangelio de Marcos, es un autor diferente, pues usa respecto a Marcos tradiciones diferentes, de modo que el conjunto es muy diverso.


El Evangelista Lucas no privilegia una de sus fuentes para entrelazar en ella aquí o allá elementos exteriores, como estima entre muchos otros G. Schneider. Considero, pues, que del v. 6 hasta el 43 del capítulo 23, Lucas cita y adapta su Material propio, mientras que del v. 44 hasta el 11 del capítulo 24, retoma y reescribe a Marcos, como se demostraraá por el análisis.

Incluso aunque se parezca a su equivalente marcano (Mc 15, 20-21), el v. 26 de este fragmento del Evangelio de Lucas que analizamos se formula de manera diferente. Según Joaquim Jeremias, hay detalles de este v. 26 que deben considerarse redaccionales, es decir propios de Lucas, y a otros que deben calificarse de tradicionales, es decir, anteriores al evangelista. Así (vease el texto griego de esta perícopa quien lo tenga a mano y pueda a leerlo), el verbo epilambánomai, "pusieron la mano sobre", pertenece al vocabulario favorito del evangelista, mientras que kaí, “y”, a principios de frase, como kaì hos, “y cuando” seguido de indicativo aoristo, deben de ser prelucanos.

Además, en el Evangelio de Lucas y en este pasaje contrastándolo con Marcos se notan grandes diferencias: la futura crucifixión no aparece señalada; no se fuerza a Simón para que lleve la cruz, sino que le ponen la mano sobre él; no se menciona a sus dos hijos, Alejandro y Rufo; llevará (se utiliza otro verbo) la cruz “detrás de Jesús”, detalle que Marcos no precisa. El único contacto literal Lucas-Marcos es aquí la expresión “que volvía del campo”.

Para complicar la situación se observa que hay dos concordancias menores (en inglés minor agreements, como término técnico) entre Mateo y Lucas, que no se hallan en el pasaje correspondiente del Evangelio de Marcos: los dos evangelistas, Mateo y Lucas, utilizan al principio el mismo verbo apágw en la misma forma de aoristo y omiten la mención de los dos hijos de Simón, Alejandro y Rufo. En los dos casos debieron de reaccionar de la misma manera ante el texto de Marcos, aunque de manera independiente uno del otro. Los nombres de los dos hijos debieron de parecerles anecdóticos y su mención, inútil para los que ignoraban su existencia.

Los vv. 27-31 constituyen un bello ejemplo de la independencia de Lucas respecto a Marcos y de su dependencia de una fuente particular. W. Käser, que ha procurado llegar a una fase anterior a la del Material propio, ha propuesto por su parte considerar los vv. 29-30 como una excrescencia compuesta a partir de dos frases de Jesús.

La primera, tomada del lenguaje apocalíptico, es un oráculo de desgracias expresado en la forma de una “bienaventuranza” que denominaría de “catástrofe”. La segunda frase confirma la primera citando explícitamente sin decirlo un pasaje del profeta Oseas (10, 8: "Serán destruidos los altos de Aven, el pecado de Israel. Espinas y zarzas treparán por sus altares. Dirán entonces a los montes: «¡Cubridnos!» y a las colinas: «¡Caed sobre nosotros!»").

El Evangelio de Tomás gnóstico atestigua también la autonomía original de este añadido. En el logion 79, al final de un breve diálogo, el autor de este documento apócrifo cita la frase como contrapartida negativa de la bienaventuranza “¡Felices aquellos que oyeron la palabra del Padre y la guardaron de verdad!”, sentencia que corresponde a un elogio de la madre de Jesús.

Como es sabido, Lucas conoce también este diálogo breve en forma de dos bienaventuranzas que se corresponden entre sí, pero lo cita en otro lugar insertándolo en un contexto diferente e ignorando en este pasaje el oráculo de desgracias (Lc 11, 27-28).

El contexto de esta bienaventuranza negativa no parece más original en el Evangelio de Tomás 79 que en Lc 23, 27-31, porque el evangelista apócrifo parece haber adaptado la frase al breve diálogo: ha reducido a dos términos (vientre y pechos) los tres presentes en Lucas y sin duda también en la tradición (estériles, vientres y pechos). El evangelio apócrifo piensa en una mujer, o en cada mujer con su vientre (singular) y pechos (plural). El evangelio canónico presenta dos veces el plural

En conclusión, considero el “oráculo de catástrofe” una frase volandera que el autor del Material propio de Lucas y el del Evangelio de Tomás insertaron cada uno donde bien les parecía.

En el Material propio de Lucas es la evocación del trágico destino de las mujeres de Jerusalén y de sus hijos la que, según la lógica de un futuro de tintes oscuros, favoreció en nuestro pasaje la inserción de este oráculo sombrío. Para otorgar más peso a la “bienaventuranza”, se le añadió una frase cargada de desesperanza tomada del profeta Oseas (v. 30).

Hay un indicio formal de esta génesis progresiva: el doble, y torpe, hoti de los vv. 29 (traducido por “que”) y 31 (“porque”). Con W. Käser y otros que le siguen, imagino que en un nivel anterior a la redacción del Material propio el v. 31 (con su único hoti, “porque”) se unía directamente al v. 28.

Mientras que Marcos y Mateo proporcionan la información en otros términos y en un lugar posterior, es decir, después del ofrecimiento del brebaje, la crucifixión, el sorteo de los vestidos y la mención del titulus o inscripción colocada encima de la cruz de Jesús, por el contrario, Lucas, o más bien quizás el autor del Material propio, señala aquí la compañía de los bandidos.

En efecto si se tuviere a mano una sinopsis de los evangelios se vería que en Mc 15, 27 // Mt 27, 38 estos dos evangelistas hablan de lestaí, “ladrones”, “bandidos”, mientras que Lucas escribe kakoúrgoi, “malhechores”, “bandoleros”; en lugar de “dos”, Lucas dice “otros dos”; “a la izquierda” se dice en Marcos y Mateo ex euonýmon, mientras que Lucas posteriormente (v. 34), utiliza por su parte una expresión distinta: ex aristerón). ¡Demasiadas diferencias para copiar de la misma fuente! Luego Lucas utiliza probablemente una ¡fuente anterior a él e independiente del Evangelio de Marcos!

Gracias al lector por su paciencia. Pero ya se ve que las peculiaridades del análisis filológico son minuciosas, lentas pesadas... ¡pero dan sus frutos!

Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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En el otro blog, de "Tendencias21", el tema es:

"Diversas notas interesantes sobre el Nuevo Testamento visto por un filólogo"
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