Desde las parábolas y la vida de Jesús, la “justicia divina” no es un “ajuste de cuentas”, sino el abrazo gratuito del Padre al hijo que vuelve al hogar del Amor, del que nada nos puede separar (Rm 8, 38-39) Domingo 30º TO C (27.10.2019)

La vida del apóstol es una libación constante de amor

Comentario: “me está reservada la corona de la justicia” (2Tim 4,6-8.16-18)

Concluimos la lectura de la segunda carta a Timoteo con dos párrafos del capítulo cuarto (vv. 6-8 y 16-18). Pablo cree cerca su fin:“Yo estoy a punto de ser derramado en libación y el momento de mi partida es inminente” (v. 6). Metáfora de la libación ya utilizada en la Carta a los Filipenses: “si mi sangre se ha de derramar, rociando el sacrificio litúrgicoque es vuestra fe, yo estoy alegre y me asocio a vuestra alegría” (Flp 2,17). El vino se derramaba antes de sacrificar la víctima. Pablo interpreta su vida como “vino que se derrama”, antes de que surja “el sacrificio litúrgico de vuestra fe”. La vida del apóstol es una libación constante de amor: derramarse sobre personas que le escuchan y siguen. Ahora está a punto de terminar la “libación”, entrega vital.

Con imágenes deportivas (combate, carrera) expresa la conciencia agradecida al amor del Padre, manifestado en Jesús:“He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe” (v. 7). Siempre ha creído que la “justicia” del Padre de Jesús es su Amor. Por eso confía en él siempre: “Por lo demás, me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que hayan aguardado con amor su manifestación” (v. 8). La justicia evangélica no es “nuestra justicia”. Desde las parábolas y la vida de Jesús, la “justicia divina” no es un “ajuste de cuentas” –al que se parece nuestra penitencia-, sino el abrazo gratuito del Padre al hijo que vuelve al hogar del Amor, del que nada nos puede separar (Rm 8, 38-39).

Breve balance de la vida de Pablo (vv. 16-18)

Ha habido abandonos de los propios compañeros, superados al estilo de Jesús: “Todos me abandonaron.¡No les sea tenido en cuenta!”. El amor divino, manifestado en Jesús, le acompañó siempre: “El Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que,a través de mí,se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todas las naciones. Yfui librado de la boca del león”. La confianza de Pablo en el amor de Dios sigue en pie: “El Señor me librará de toda obra mala y me salvará llevándome a su reino celestial”. Espera igual compañía e impulso hasta la plenitud del cielo. Seguirá viviendo agradecido al Amor: “a Él la gloria por los siglos...”.

Oración:: “me está reservada la corona de la justicia” (2Tim 4,6-8.16-18)

Jesús, “derramado” por amor:

asistimos al final de la vida de tu apóstol Pablo;

interpreta su vida como vino derramado;

apura su vida en amor, bebiendo tu mismo cáliz;

sintiendo tu mismo abandono, y reaccionando como Tú:

todos me abandonaron. ¡no les sea tenido en cuenta!”.

Su vida fue proclamación complicada detu Amor:

He combatido el noble combate,

he acabado la carrera, he conservado la fe”.

Bien conocía Timoteo la vida atribulada, llena de riesgos, de Pablo:

trabajando día y noche para no ser gravoso a nadie,

proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios” (1Tes 2,9);

atribulados en todo, apurados, perseguidos, derribados...” (2Cor 4,8ss);

luchaspor fuera, temores por dentro” (2Cor 7,5).

Sus enemigos le impulsan a confesar su vida:

¿Que son siervos de Cristo?

Voy a decir un disparate: mucho más yo.

Más en fatigas, más en cárceles;

muchísimo más en palizas y, frecuentemente, en peligros de muerte.

De los judíos he recibido cinco veceslos cuarenta azotes menos uno;

tres veces he sido azotado con varas; una vez he sido lapidado;

tres veces he naufragado, y pasé un día y una noche en alta mar.

Cuántos viajes a pie, con peligros de ríos, peligros de bandoleros;

peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles;

peligros en la ciudad, peligros en despoblado, peligros en el mar;

peligros entre falsos hermanos;

trabajo y agobio; sin dormir muchas veces;

con hambre y sed, a menudo sin comer, con frío y sin ropa.

Y aparte todo lo demás, la carga de cada día:

la preocupación por todas las Iglesias.

¿Quién enferma sin que yo enferme?

¿Quién tropieza sin que yo me encienda?

Si hay que gloriarse, me gloriaré de lo que muestra mi debilidad” (2Cor 1l,23-30).

Pablo,ser humano, con cierta fragilidad física:

para que no me engría, se me ha dado una espina en la carne ” (2Cor 12,7);

sabéis que la primera vez os anuncié el evangelio

con ocasión de una enfermedad corporal;

con todo, aunque mi estado físico os debió de tentar a ello,

no me despreciasteis ni me hicisteis ningún desaire” (Gá1 4,13).

Porque las cartas, dicen, son duras y severas,

pero su presencia física es raquítica

y su palabra despreciable” (2Cor 10,10) .

Pero tiene tu amor y tu esperanza metidos en el corazón:

““Por lo demás, me está reservada la corona de la justicia,

que el Señor, juez justo, me dará en aquel día;

y no solo a mí, sino también a todos

los que hayan aguardado con amor su manifestación” (v. 8).

Tu “justicia”, Jesús, es la alegría de la mujer que pierde una moneda;

el amor del pastor que carga con su oveja extraviada;

el abrazo y el banquete del Padre al hijo que vuelve al amor;

tu justicia no es nuestro “ajuste de cuentas” en un “confesionario”;

tu justicia es el Amor, del que nada ni nadie puede separarnos (Rm 8,38-39).

El amor manifestado en tu vida, Cristo Jesús, es fiel:

el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que,

a través de mí,se proclamara plenamente el mensaje

y lo oyeran todas las naciones.

Yfui librado de la boca del león”.

La confianza de Pablo en el Amor sigue hasta la muerte:

El Señor me librará de toda obra mala

y me salvará llevándome a su reino celestial”.

Seguirá viviendo agradecido al Amor: “a Él la gloria por los siglos...”.

Preces de los Fieles (D 30º TO C 27.10.2019)

Nosotros, utilizando una imagen de San Pablo, somos “vasijas de barro”, llenas del amor de Dios. Cada uno tenemos nuestra historia de cruces y luces del Amor. Hoy recordamos a todas las personas buenas y sencillas, que buscan el Reino de la verdad, del pan para todos, de la convivencia sana, de la salud... Oremos por todas ellas diciendo: “Danos, Jesús, tu amor, tu justicia.

Por los dirigentes de nuestro mundo:

- que se pongan en el lugar de los menos dotados para sobrevivir;

- que se crean “manos” de la providencia divina que cuida nuestro mundo.

Roguemos al Señor:Danos, Jesús, tu amor, tu justicia”.

Por quienes presiden nuestras comunidades cristianas:

- que no busquen medrar ni dominar a la sombra de Dios;

- que estén más sujetos al Amor que a leyes y preceptos humanos.

Roguemos al Señor:Danos, Jesús, tu amor, tu justicia”.

Por los más necesitados: de salud, de cultura, de amor, de vida...:

- que descubran en su corazón aliento y luz que les muevan a superarse;

- que tengan humildad y coraje para pedir ayuda a quienes están cerca;

Roguemos al Señor:Danos, Jesús, tu amor, tu justicia”.

Por los más fieles al Amor: misioneros, padres de familia...:

- que sientan que “el Señor está a su lado y los da fuerza”;

- que el Señor loslibre de la boca del león”, que destruye al ser humano.

Roguemos al Señor: Danos, Jesús, tu amor, tu justicia”.

Por las intenciones del Papa (Octubre2019):

- que “el soplo del Espíritu suscite una nueva primavera misionera en la Iglesia”;

- que todos nos sintamos misioneros del amor evangélico..

Roguemos al Señor: Danos, Jesús, tu amor, tu justicia”.

Por esta celebración y todos sus concelebrantes:

- que nos ayude a encontrar el amor de Dios;

- que, como Él, “amemos primero” (1Jn 4,10), gratis.

Roguemos al Señor:Danos, Jesús, tu amor, tu justicia”.

Deseamos, Señor, vivir de tu amor. Tu amor: “con tantas veras de amor, que no hay afición de madre que con tanta ternura acaricie a su hijo, ni amor de hermano ni amistad de amigo que se le compare...”. (Juan de la Cruz: Cántico B 27,1). Este amor nos da la esperanza de Pablo: “me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, juez justo, me dará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que hayan aguardado con amor su manifestación” (2Tim 4,8). Estamos en tu presencia por los siglos de los siglos.

Amén.

Jaén, octubre 2019

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