7 jun 2025
Un viaje de 34 horas
Cuando subes, tienes que encontrar lugar para colgar tu hamaca, colocando tu mochila y tus cosas debajo. El hacinamiento es quizá lo que menos me gusta de esta forma de viajar, no es ameno ir como anchovetas en lata. Y luego está la pesadez, barajar el parsimonioso y desesperante paso de horas y horas, tratando de llenar el interminable tiempo de alguna manera. Duermes, estiras las piernas, te sientas y lees, charlas, das una cabezada, tomas un café (había un pequeño bar en mi planta), vas a cotillear dónde nos hemos parado de nuevo, te conectas a internet (hay WIFI), se te acaban los temas de conversación, terminas una novela y empiezas otra…