"La reciente declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Fiducia supplicans, ha levantado una polvareda mas no tanto en estas islas magallánicas … Es este un país enamoradísimo de las bendiciones (y por lo tanto, de los dispensadores de las mismas, es decir, los clérigos). Hasta el punto de ser supersticioso, pensando que las mismas traen consigo la suerte, la victoria o la solución a un problema"
"La homosexualidad es muy tolerada, mejor dicho 'aceptada' pero de manera 'discreta' o no muy explícita, más bien 'pragmática' … Gran parte de la gran estrategia económica parroquial es saber sacar provecho de los feligreses homosexuales que, amén de ser notorios por su generosidad material, tienen fama de ser creativos o artísticos, capaces de la pompa e incluso del histrionismo que es lo que atrae a las masas en este país"
"Los críticos de Fiducia supplicans, además de carecer de sensatez, no tienen una visión realista de la iglesia: de que no somos un pueblo de perfectos, de que somos una comunión por nuestra diversidad de estilos de vida. Lo que optan por maldecir acabarán maldiciendo a sí mismos"
"El bendecir es un don que hemos de acoger y ejercer; es don y tarea, hasta el punto de derrochar, derramar toneladas de agua bendita si fuera necesario"