16 dic 2023
Una mística en Caballo Cocha
Los drogadictos son rechazados y ocultados a partes iguales. Amparo les calma, los lleva a su casa, los baña, les ofrece una comida caliente – jamás les da plata. Dice que le han robado muchas veces, y otras tantas han regresado avergonzados a por un poco de descanso y solidaridad. “Poco a poco los voy convenciendo para que se vayan a un centro de rehabilitación que hay en Tabatinga”. Y los lleva ella misma, pagando de su bolsillo los pasajes.