Brisa suave

Señor, en breve celebraremos la venida de tu Espíritu. No te presentarás en forma de huracán, ni como algo extraordinario o extraño, no Señor, Tú eres más sencillo que eso. No eres de los que te impones en nuestras vidas, sino que respetas nuestra libertad, por eso vendrás como esa brisa suave que acaricia y apenas se percibe sino estamos muy atentos, sino somos capaces de salir fuera de nosotros, no seremos capaces de oír tu voz.
A veces llenamos la vida de todo menos de Ti. Nuestro interior está habitado por el quehacer cotidiano corriendo el peligro deque nos acostumbremos a esa forma de vivir, pero sólo Tú Señor, puedes entender nuestra mediocridad, porque Tú eres el Dios de los pecadores.
Señor ven a este nuestro mundo, a cada uno de los seres humanos que tanto te necesitamos con la fuerza consoladora de tu Espíritu, ¿en qué lo hemos transformado? Quizá Tú lo estés intentando y somos nosotros mismos quienes no te dejamos.
Señor ¿quién guiará nuestros pasos y aliviará nuestro cansancio? ¿Quién impulsará nuestros corazones sino eres Tú?
Danos fuerza y aliento para comenzar cada día, saber esperar contra toda esperanza, llenar nuestros vacíos, porque Tú Señor, eres la brisa suave y la fuerza del mar.
¡Ven Espíritu Divino, luz que penetras las almas y fuente del mayor consuelo!
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