“Crítica a las ideas sobre Pablo de la Escuela de la Historia de las religiones” (I) (109-13)

Hoy escribe Antonio Piñero


Prometimos que en la siguiente serie de postales veríamos la crítica a este resumen de la doctrina de Pablo realizado según las orientaciones de la “Escuela de la historia de las religiones”, puesto que así fue: los adversarios de la Escuela comparatista de las religiones, bien protestantes o católicos, han atacado estos supuestos (de los que Maccoby es una buena muestra) con una batería de contraargumentos.

Respecto al primer punto, a saber, la “noción de un Hijo de Dios que padece, muere y resucita”, se responde que


• En la religiosidad del helenismo no existían en realidad divinidades, más en concreto “hijos de Dios”, que mueren y resuciten de verdad, y menos con un efecto salvífico para sus adoradores.

• Tampoco consta en la religiosidad de los cultos de misterios que el iniciado se transforme en “hijo” de la divinidad y que con ello reciba la salvación. Casi todo lo que sabemos de los cultos de misterios procede del siglo II d.C. en adelante, no estando excluido, por tanto, que todo haya sucedido justamente al revés: que las concepciones mistéricas hayan sido influenciadas por similares ideas cristianas, o bien que se haya interpretado la religiosidad de los misterios gracias a analogías cristianas anteriores.

• Finalmente, la pretendida similitud del cristianismo con los cultos de los misterios se basa en una mera semejanza de vocabulario. El uso de palabras similares no significa, sin embargo, que se hayan adoptado por el cristianismo las concepciones de fondo que esos vocablos implican. Se utilizaron las palabras, pero se le dio otro contenido.

Respecto al segundo punto, el mito gnóstico del “envío de un hijo de Dios al mundo como salvador”, se sostiene con firmeza que

Tal mito no existió nunca antes del cristianismo. La cronología de las fuentes gnósticas es toda ella tardía; es un acto arbitrario pretender reconstruir un gnosticismo precristiano a partir de estas fuentes para luego probar, a base de este mito gnóstico reconstruido, que el cristianismo se ha inspirado en él, o sencillamente que lo ha copiado.

Fuera del gnosticismo postcristiano –se insiste- el mundo antiguo no conoce el envío de un hijo de Dios al mundo con fines salvadores. Puede decirse que abunda tan sólo la idea de una cierta “encarnación” de algún alma superior. Pero tal concepto tiene también in significado distinto: por ejemplo se podía pensar que el alma de Pitágoras, por ejemplo, pudo volver a la tierra y se introduce en otro ser humano para realizar una misión especial. Pero se trata de una analogía alejada que no tiene puntos en común con el cristianismo.

Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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En el otro blog, “Cristianismo e Historia” (en la revista electrónica “Tendencias21”, el tema de hoy es:

“El renacimiento del mesías davídico en época de Jesús (II)”
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Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)
Para obtener más información:
http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp
Saludos de nuevo.
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