“Otro mundo es posible… desde Jesús”. Un libro de J. I. González Faus (172-01)

González Faus - Otro mundo es posible... desde Jesús


Hoy escribe Antonio Piñero


Presento hoy un libro que en apariencia sólo toca tangencialmente este Blog de cristianismo e historia. Pero intentaré mostrar que no es así del todo, por el contenido de la parte del libro (la primera) en la que nos detendremos. En segundo lugar, tiene un espacio dentro del Blog porque creo que es uno de los notables autores en la línea de la teología de la liberación que procuran ser muy honestos con la situación de los estudios actuales sobre el Jesús histórico.

González Faus (GF) es consciente de las limitaciones de la teología deductiva a partir de lo que se puede conocer honestamente sobre el Jesús de la historia, y proclama a las claras la aceptación –con todas las consecuencias y limitaciones- de que basa sus deducciones teológicas sobre el Jesús recordado por sus seguidores, más que sobre el resultado de lo que puede afirmarse, siempre poco y escaso para la fe, del Jesús histórico.

He aquí su ficha:



José Ignacio González Faus, Otro mundo es posible… desde Jesús (colección “Presencia Teológica”), Sal terrae, Santander, 2010, 446 pp. ISBN: 978-84-293-1881-4.

El libro está dividido en tres partes:

1)“Jesús. El Reinado de Dios”;
2) “La Iglesia del Reino. Otra Iglesia es posible”;
3) El hombre del Reino: Ante Dios sin Dios”.

Nos detendremos en la primera parte. Se inicia ésta con una visión sintetizada y fresca del mundo de Jesús “que espera otra realidad posible”, donde con rápidas y ,en general certeras pinceladas, describe

a) Las “formas de vida” con las que se encontró Jesús (profesiones; comercio; turismo (en el sentido de un pueblo, el judío, que es esencialmente peregrino a Jerusalén, donde debe ir –si le es posible- tres veces al año y donde los sacerdotes del país deben pasar al menos dos o tres semanas al año fuera de sus hogares oficiando en el Templo);

b) La clases sociales: ricos, clases medias, pobres

c) los partidos religioso-políticos: saduceos; pueblo políticamente activo (fariseos, escribas); “extraparlamentarios” (= metáfora para los “celotas de corazón, aún no organizados políticamente y para los esenios tanto semimarginales –los esenios de las ciudades- como los marginales del todo: los asentados en el Mar Muerto).

La conclusión más importante de esta sección es que la polémica de Jesús se dirige sobre todo y ante todo no contra escribas y fariseos sino contra los saduceos (que controlan el sacerdocio, la riqueza y el Templo).

Los escribas pertenecen, según GF, a todas las clases sociales (no hace hincapié en que eran ante todo sacerdotes de rango menor y levitas, como señala E. P. Sanders), y son sin duda también oponentes serios de Jesús porque tienen una interpretación de las Escrituras y de la tradición que no va bien con Jesús.

Los “fariseos” evangélicos, según GF, no son tanto los fariseos reales de los años 30 del siglo I, sino la presentación que de ellos hacen los evangelistas como la personificación de los judíos de su época (entre los años 70-100) que tienen ya una características más destacadamente anticristianas.

En esta primera sección, GF se concentra en tres posiciones del Jesús histórico/evangélico:

1) su oposición a la riqueza: “Jesús y los ricos de su tiempo”, resumida en la máxima “No podéis servir a Dios y al Capital” (= equivalencia dinámica moderna de la personificación judía de la riqueza, la “divinidad” Mammón.

2) La autoridad de Jesús, sintetizada en la sentencia “Los poderosos de la tierra se imponen y se hacen alabar. Entre vosotros, por el contrario, el que mande sea sólo servidor”): crítica de Jesús a los poderes existentes, civiles y religiosos; la enseñanza de Jesús con autoridad (a nivel normativo y a nivel de experiencia personal); la praxis de Jesús = un lenguaje “asertivo”, es decir, que hace afirmaciones claras, con un lenguaje comprensible = las parábolas o las escenas concretas de la vida; y autoridad y seguimiento de Jesús: el Nazareno, a pesar de haber fracasado, gracias a su predicación del amor, como síntesis de la Ley, ha tenido, tiene y tendrá muchos más seguidores que cuantos tiranos en el mundo han sido.

En este apartado hay una suerte de justificación de la poca piedad mostrada por Jesús frente al Templo como institución real que le tocó vivir (el episodio del “choque” de Jesús con el Templo o “purificación” de éste) que denota un espíritu y un modo de actuar aplicable a los problemas actuales. GF reflexiona, sin desarrollar la idea, sobre el texto de Apocalipsis 21,22 que afirma que en el Reino pleno de Dios, ultramundano, al final de los tiempos, “no habrá Templo, porque su templo es (la presencia) del Señor”.

c) La siguiente sección trata de los poderes curativos y exorcísticos de Jesús, compendiados en la frase “Pasó haciendo el bien y liberando a los oprimidos por el demonio”. En esta subsección GF analiza el ambiente de la época de Jesús y la proyección de las creencias en espíritu u demonios como atormentadores de los hombres y la función liberadora de Jesús. Quizás lo más interesante sea el apartado en el que el autor sostiene dos ideas fundamentales. Una: la vida de seguidor de Jesús es la realización de la victoria sobre los demonios. Segunda: la lucha por la justicia puede verse muy bien hoy como acción exorcística en nuestra base histórica.

d) El penúltimo tema de la primera parte del libro se concentra en la sabiduría de Jesús. El lema que rige este apartado es doble “Jesús entristecido por la dureza de corazón” y “Sed misericordiosos como el Padre celestial”. La mirada sapiente de Jesús es de un “pesimismo esperanzado”, que se sustenta por una mirada en la gratuidad envolvente o bondad de Dios hacia los humanos. La ética que Jesús practica y exige es calificada por GF de “contracultural”, y la sabiduría de Jesús se concreta en desenmascarar a los hipócritas y ciegos que se oponen a lo que se debe practicar para conseguir la entrada en el Reinado de Dios.

e) Por último, el postrer apartado de esta primea parte (hasta la p. 248, más de la mitad del libro se concentra en el final de Jesús. Éste “sube a Jerusalén” a pesar de que es consciente de que sus enemigos “habían tomado la decisión de acabar con él”. Jesús profeta que muere en soledad y sin validación histórica del valor de su sacrificio (sólo la metahistórica de la Pascua) es el sustento de la presencia hoy de otros profetas similares a él, al estilo de Martin Luther King, que siembran una semilla que sólo más tarde comenzará a dar sus frutos. Al igual que Jesús, concluye GF esta parte que nos interesa de su libro, sus seguidores siguen proclamando que el Reinado de Dios está cerca y que otro mundo es posible si se deciden a creer eso y a aceptar el cambio que ellos supone.

En la próxima nota haremos algunos breves comentarios.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com
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