Texto y explicación del Evangelio de Judas (IX)


Hoy es un post bastante difícil para el que es preciso tener en la mente la introducción a las ideas básicas del grupo gnóstico de los setianos que explicamos en los post del principio de esta serie. Este texto de hoy constituye una prueba de la ligereza de la gente al obtener consecuencias y deducciones increíbles del Evangelio de Judas, tanto de sus doctrinas mismas como sobre la historia del cristianismo, en realidad sin entenderlo.

Texto:

Jesús revela a Judas los secretos del mundo superior

Y le dijo Jesús, “Ven que te enseñe
[los secretos] que
ningún hombre ha visto.
Pues hay un gran eón
ilimitado que
ninguna generación de ángeles
ha visto, en la que hay
un Gran Espíritu Invisible (aóraton).


10 Éste es el que ningún ojo de ángel
ha visto y que ningún pensamiento
del corazón ha alcanzado,
ni le han dado nombre alguno.
Y se reunió en aquel lugar
una gran nube luminosa y Él [probablemente el Gran Espíritu Invisible, es decir, el Uno trascendente o Primer Principio] dijo:
“Que un ángel
sea mi auxiliar (parástasis)”. Y salió
de la nube un gran ángel,

20 el Autoengendrado (autogenés)
un ser divino luminoso, y a causa de él
otros cuatro
ángeles surgieron de otra
nube y se convirtieron en auxiliares
del ángel Autoengendrado. Y dijo

P.48

el Autoengendrado: “Hágase [ ]”,
y así ocurrió [ ]
y [creó] a la primera luminaria (phostér)
para reinar sobre ella. Y
dijo, “Háganse
los ángeles para rendirle culto [o quizá “para servirle”]”.
Y así surgieron miles
incontables. Y dijo:

10 “Hágase un eón
luminoso”, y se hizo.
Y Él [el Autoengendrado] creó una segunda luminaria
para reinar sobre ella,
junto a miles de ángeles incontables
para rendirle culto.
Y de esta manera, creó el resto
de los eones luminosos
y les hizo reinar sobre ellos
y creó para ellos miles de

20 ángeles incontables
a su servicio.
Y estaba
Adamás en la primera nube
luminosa que ningún
ángel ha visto entre
todos los que se llaman
dios.

Explicación:

P. 47

Jesús adoctrina Judas sobre los Primeros Principios y sobre la creación

Que nadie ha visto…: Alusión a los secretos que los canitas tienen en común con el apóstol Pablo (es decir, según Epifanio de Salamis las revelaciones sobre la verdadera naturaleza de Adán y Eva y algunos de sus sucesores: Adán y Eva han nacido de ángeles. Sus dos hijos, Caín y Abel, proceden consecuentemente también de las potencias angélicas. De la más fuerte nació Caín; de la débil, Abel.

Tanto Caín como otros personajes del Antiguo Testamento, Esaú, Coré y los sodomitas, proceden en realidad de potencias y autoridades divinas. Los gnósticos cainitas (los que han compuesto el Evangelio de Judas) proceden también de estos personajes, pues en doctrinas son sus congéneres y sucesores. El creador de este mundo, el Demiurgo, pretendió hacerles daño, pero no pudo. El espíritu de estos personajes logró ocultarse de él y refugiarse en el Pleroma o eón superior.

Judas es uno de los que han recibido de aquéllos una revelación especial.): “Sé de un hombre en Cristo que hace catorce años –si en el cuerpo no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios los sabe— fue arrebatado hasta el tercer cielo; y sé que este hombre… [Pablo mismo] fue arrebatado al paraíso y oyó palabras inefables que el hombre no puede decir…”: 2 Cor 12,2-4. Y la cita por parte de Pablo (en 1 Cor 2,9 de Isaías 64,3: “Pues, según está escrito, ‘ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni vino a la mente del hombre lo Dios ha preparado para los le aman’” (citado en el texto mismo en p. 47).

Un reino grande y sin límites…:

Judas pregunta sobre el Primer Principio, el “Gran Espíritu Invisible” (el lector tiene ahora que recordar lo que dijimos en los posts anteriores sobre las “Ideas básicas de la gnosis”): es ésta la designación técnica del Primer Estrato de la divinidad en los escritos de la rama setiana (cuya revelación se dice proceder de Set, hijo predilecto de Adán) de Nag Hammadi: en la Hipóstasis de los Arcontes 93,30 (BNH I 384), en el Allógenes 47,5: Tripotente, Espíritu Invisible (BNH I 312), en el Pensamiento Trimorfo 37,30 = BNH I 336, en el Marsanes 10,1 (BNHI 361) y sobre todo en el Zostriano donde aparece muchas veces (2,25 17,10 20,20 24,10ss 58,1, etc. = BNH I 282-302). Es de notar que esta designación, Espíritu Invisible, sólo aparece en los escritos gnósticos de Nag Hammadi y supone una prueba más de que el EvJd pertenece a un ámbito muy parecido al de esta “Biblioteca”.

Nube luminosa:

Esta primera nube representa probablemente al Primer Principio, Dios Trascendente, ya que de ella procede el Autogenerado, el tercer estrato.

Un gran ángel, el iluminado…:

Es costumbre en los textos gnósticos no ser precisos en las denominaciones, puesto que se piensa que el lector tiene un maestro al lado. Aclararlas es tarea por tanto del maestro que asiste al discípulo. “Ángel” aquí es sinónimo de “Espíritu” o seres divinos de los primeros estratos del Pleroma, no se refiere de ningún modo a lo que entendemos comúnmente por ángel” como ser espiritual inferior y servidor, bien del Logos, bien del Demiurgo.

Autoengendrado:

Tercer estrato de la divinidad, como dijimos en los post sobre “Ideas básicas de la gnosis”. En el Apócrifo de Juan, el Autoengendrado es como el resumen de los tres o cinco eones, que proceden de Barbeló (segundo estrato) y que en el fondo –lo deducimos por sus denominaciones—no son más que modos del Unigénito/Hijo/Logos.

Estas denominaciones son Unigénito-Cristo, Intelecto, Querer-Voluntad, logos y Autoengendrado. Una vez emanados se constituyen en “pareja” o “consorte” de los correspondientes tres o cinco eones de Barbeló (véase Apócrifo de Juan 6,3-7,3 = BNH I 239 y compárese con Ireneo, Adversus Haereres I 29,2: “Después de Barbeló fue emitido el Autoengendrado por el Pensamiento y Logos (aquí atributos de Barbeló) como una imagen de la Gran Luz (= Primer Estrato). Recibió grandes honores y todo le fue sometido”. En el Zostriano encontramos muchas alusiones a este Autoengendrado, por ejemplo 7,1s 7,10 15,5 17,5 19,5 20,1, etc.

P. 48

Hágase…:

El Autoengendrado/Logos aparece aquí en su función de creador. El autor del EvJd hace una exégesis del Génesis desde el punto de vista de la secta cainita-setiana. Según el Pensamiento de Norea (28,5 = BNH I 432) el Autoengendrado será el Logos/Salvador que regenera a la Sabiduría caída y arrepentida.

Primera luminaria:

Se refiere a la creación del sol = Génesis 1,14: Dijo Dios: “Haya lumbreras en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años; y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra.» Y así fue. Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas; y púsolos Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra, y para dominar en el día y en la noche, y para apartar la luz de la oscuridad; y vio Dios que estaba bien. Y atardeció y amaneció: día cuarto”. Los ángeles que sirven al sol son las estrellas que lo acompañan en el firmamento.

Lo que revela el Salvador a Judas no es lo que ya sabe por el libro del Génesis, sino cómo se hizo. Es, por tanto, un “secreto cosmológico”, del mismo modo que, por ejemplo, se le revelan al profeta Henoc en su primer viaje celeste otros secretos cosmológicos (1 Henoc 17= Apócrifos del Antiguo Testamento IV 53ss).

Segunda luminaria:

La luna, conforme al texto del Genésis citado más arriba. Igualmente, la luna está acompañada de miríadas de ángeles que le sirven: las estrellas que la acompañan.

Este texto cosmológico puede entenderse también en un sentido más amplio aún. Todos los escritos setianos asignan al eón Autoengendrado la característica de ser la fuente primaria de todos los seres inferiores a él, por tanto no sólo del cosmos, sino de todos las entidades o eones de los estratos inferiores: “El Invisible Espíritu virginal estableció al divino Autoengendrado como cabeza de todo y le sometió todas las potestades. Éste es el que ha sido llamado con un nombre que supera todo nombre. Este nombre será comunicado a los que sean dignos”, dice el Apócrifo de Juan en 7,22-26 (BNH I 240).

Adamas:

Dijimos en la Introducción a las ideas gnósticas que en el cuarto estrato, el de los eones inferiores masculinos, aparece misteriosamente Adamas/Adán, que es un eón distinto a las cuatro luminarias. Adamas es el paradigma ideal (igual a una “idea” platónica) del ser humano. Tiene en los sistemas gnósticos una gran importancia porque cuando el Logos se encarne en Jesús/Revelador, la teología cristiana en general, y también la gnóstica, lo considerará el segundo Adán, que corrige, repara, o complementa lo que hizo el primer Adán. Su importancia soteriológica es, pues, enorme.

La generación de este eón no aparece clara para nuestra mentalidad moderna porque, aunque pertenece al cuarto estrato, eones inferiores, todos los textos lo ensalzan de tal modo que parece como emanado del Gran Espíritu Invisible. Dice así el Apócrifo de Juan: “El hombre perfecto (Adamas/Adán primero) primera verdadera manifestación, procedió de la Presciencia del perfecto Intelecto por medio de la revelación del querer del Espíritu invisible y del querer del Autoengendrado, el cristo, junto al primer luminar, Armozel, y sus potencias estaban con él” (8,30-35; BHN I 241). Y Set, el hijo de Adamas, realizado en Adán, dirige una oración al Adamas inmortal, que comienza así: “Bendígote padre Geradama (griego = géron Adam: “Adán antiguo/anciano), yo que soy tu propio hijo, al que hombres engendrado de manera no procreativa para alabanza de nuestro Dios… Y tú eres mi Intelecto… Eres luz que ve la Luz, has revelado las luces… Te bendigo como un Dios…” (Tres estelas de Set, 118, 25-119,10; BNH I 267-268).

Al que ningún ángel ha visto entre los que llaman Dios:

El sentido es ambiguo. Si “Dios” se refiere a los ángeles, podría ser una alusión a la denominación veterotestamentaria de “hijos de Dios” (por ejemplo en Gn 6,1ss) dada a los ángeles. Pero “Dios” puede referirse también a los eones, no ángeles, que están en la “primera nube luminosa”: son seres divinos.

Saludos cordiales de Antonio Piñero
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