La Cábala (IX) Sigue la explicación de sus conceptos básicos


Dijimos en el último post que además del “mundo superior”, que llamamos, kosmos noetós, hay otros tres, de los cuales aún no hemos hablado. Hay, por lo tanto, cuatro mundos “por debajo” del Dios trascendente y sus primeras emanaciones puramente internas, es decir que corresponden a la vida inmanente divina y que denominamos “Tres Luces” en la entrega VII de esta serie.

Antes de seguir adelante veamos un esquema de todas las entidades nombradas hasta ahora más los tres mundos:

Hay diversos estratos del Ser:

1. Dios trascendente
2. Sus Tres Luces (Sabiduría / Pensamiento / Voluntad)

3. Los cuatro mundos:
1. El azilútico: el de las emanaciones o sefirot.
2. El beriático o de las ideas creativas.
3. El yezirático o de las formas creativas.
4. El asiyáticos o el de la materia creativa.


En el universo real y concreto, creado, hay tres poderes que reflejan estos 4 mundos:

• Mecánico = inorgánico, piedras, metales: sujeto a leyes mecánicas = al mundo 4, el asiyático, el mundo ideal de la materia creativa.

• Orgánico = cuerpos con forma y desarrollo = mundo 3, el yezirático, o de formas creativas.


• Teleológico (del griego telos, “fin”/”finalidad”): el de la actividad inteligente que se dirige hacia un fin u objetivo = al mundo 2, el beriático, el de las ideas creativas

En su conjunto, estos tres poderes son el reflejo del ámbito las ideas preexistentes = el mundo 1, el azilútico (olam haazilut: “mundo de las emanaciones”) o el de los sefirot.

El segundo es el mundo de las ideas creativas, olam haberiyah (“mundo de la creación”), el mundo beriático.

El tercero es el mundo de las formas creativas (olam hayezirah), de ahí mundo yezirático.

El cuarto es el mundo de la materia creativa (olam hayesiah), el mundo asiyático.

Obsérvese que la Cábala distingue entre “ideas” creativas y “formas” creativas. Este lenguaje es una mezcla de platonismo y aristotelismo. Las primeras son concebidas como puramente abstractas. Las segundas como una “concretización” según la forma que decidirá la constitución de los seres del universo, compuestos de materia más forma, reflejando esta última una idea más abstracta o superior.

Estos cuatro mundos fueron en algunos casos concebidos como reales por los cabalistas. De ahí las descripciones fantásticas de ellos en la cábala primitiva. Luego fueron considerados como mundos puramente ideales, que sirven en realidad tan sólo para ofrecer una explicación de la realidad. En esto la Cábala podría parecerse de nuevo a Platón, el cual –sobre todo en su vejez- insinuó que el mundo por él concebido de las Ideas era puramente pensamiento –no podía asegurar si existía o no en realidad-, que le servía para explicar el origen del universo visible.

La cábala posterior sí afirma que en el universo, ya real, hay tres poderes: el mecánico, el orgánico, y el teleológico o de tendencia a un fin. Los tres están conectados como resultado de una idea general, independiente principal y puramente espiritual. Estos tres poderes y su conexión se corresponden con los cuatro mundos:

Así, y en síntesis, el universo corpóreo, material, sujeto a leyes mecánicas, es la plasmación real del mundo 4.

El poder superior al 4, el orgánico, el de los cuerpos que se forman y desarrollan, es la plasmación real del mundo 3.

El poder superior al 3, el teleológico, es el de la actividad inteligente, es la plasmación del mundo 2.

Éste, es el reflejo de ideas preexistentes = el mundo 1, el azilútico o el de los sefirot.

Seguiremos mañana con las ideas en torno al ser humano y cómo está formado o compuesto.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Volver arriba