Jesús en la Galilea del sigloI. El Jesús de Pagola (79-04)

Hoy escribe Antonio Piñero

Es importante para situar a Jesús en sus coordenadas religiosas, hacer –como lo intenta con éxito Pagola- situar a Jesús dentro de la mentalidad religiosa de un campesino en la Galilea del siglo I, porque su religiosidad difería bastante de la del “rabino”, doctor de la Ley o fariseo asentado preferentemente en Jerusalén. Notar la diferencias de acento en intereses y religiosidad ayuda mucho a comprender la postura del Jesús de la historia en ciertas cuestiones legales y en su posición respecto al Templo y los sacerdotes.

A sus observaciones sobre la(s) lengua(s) habladas por Jesús y su posible formación en su pueblo tan pequeño, se puede añadir que teniendo en cuenta que Jesús fue un maestro de éxito en Galilea y Jerusalén, que Lucas (4,16-30) afirma que Jesús leyó y comentó las Escrituras en un oficio religioso, un sábado, en la sinagoga de Nazaret, podemos deducir que el Nazareno no era un campesino analfabeto, como se ha pretendido aún muy recientemente, sino que sabía, al menos, leer y escribir. Y más probablemene que estaba mejor formado en la Biblia heredada que lo que algunos suponen.

En el Evangelio de Juan (7,15: “¿Cómo es que éste tiene conocimientos de la Escritura [literalmente “sabe letras”] si no ha estudiado?”) parece indicarse, que era de conocimiento público, por un lado, que Jesús no había frecuentado ninguna escuela rabínica y, por otro, que debía saber leer y escribir porque utilizaba bien los textos de la Escritura como argumentos teológicos.

Como argumento complementario puede añadirse que parece suficientemente probable la tesis de que en época de Jesús casi todos los judíos varones –que tuvieran padres mínimamente religiosos- sabían leer y escribir, y que lo aprendían normalmente en las escuelas sinagogales.

Uniendo estos dos textos se puede deducir razonablemente que Jesús debió de tener intereses religiosos desde muy pequeño, que fue a la escuela de Nazaret (que solía ser como un apéndice de la sinagoga), y que atendía con gran presteza a las lecturas de los oficios religiosos sabatinos de la sinagoga, donde se leían los textos sagrados, con lo que aprendió lo que necesitaba para su posterior vida de predicación. Además si Jesús ejercía un oficio, tenía que saber algo de cuentas y de letras, al menos para extender recibos.

¿Qué lengua hablaba Jesús?

Los Evangelios, sobre todo el de Marcos (5,41: talithá kum: “Muchacha, levántate”; 7,34: ephattá: “ábrete”; abbá, “padre” de 14,36 y 15,34: Eloí, Eloí lemmá sabachtháni: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”) nos transmiten palabras arameas y hebreas que pronunció Jesús. Aunque hay algunos estudiosos que defienden que Jesús pudo tener como lengua materna el hebreo, y que esta lengua nunca dejó de ser la mayoritaria en Israel, la mayoría opina que en tiempos de Jesús el pueblo judío hablaba arameo tanto en Judea como en Galilea. El abandono del hebreo tuvo lugar paulatinamente desde el siglo VI a.C., desde que Israel cayó bajo el dominio del Imperio persa, cuya lengua franca era el arameo en la parte occidental del Imperio. Jesús, por consiguiente, debió de haber utilizado esta lengua como de uso normal y vehículo de su predicación, no sólo en Galilea, sino también en Jerusalén, donde los habitantes, y la mayoría de los peregrinos, tenían como lengua materna también el arameo.

Sin embargo, hay muchos estudiosos que opinan también que Jesús pudo conocer bien el hebreo, ya que entre la gente judía que estudiaba la Biblia era normal seguir conservando esta lengua, no sólo para leer el texto sagrado, sino incluso para mantener discusiones sobre el sentido de los pasajes de la Escritura. La cuestión sigue abierta por falta de datos precisos. A. Díez Macho, con otros estudiosos sospechaba que tras el dicho de Jesús "La Piedra que rechazaron los edificadores...(cita del Salmo 117,22-23 en Mt 21,42) que él refería a su propia persona se hallaba un juego de palabras en hebreo entre eben, "piedra" y ben, "hijo"..., por tanto estaba predicando/discutiendo Jesús en hebreo...

Igualmente se cree por lo general que dada la cercanía de Nazaret de las ciudades de Séforis y Tiberíades, llena de gentes paganas que hablaban griego, es natural suponer que Jesús hubo de tener algunos conocimientos de esta lengua, al menos para fines profesionales: muchos de sus clientes potenciales estaban allí y sólo hablaban griego.

Se suele afirmar que es probable que Jesús desconociera el latín, pues no era usado en Galilea. Sin embargo, la lengua de la administración del tetrarca Herodes Antipas era, aparte del arameo, el latín, como “amigo y socio del pueblo romano”. Por lo tanto, el latin debís de ser relativamente corriente en ese entorno. Si hubo mercaderes latinos importantes en Séforis y Tiberíades quizá también Jesús conociera algunas palabras de esa lengua, pues le habría venido bien para el negocio como “tékton” (no simplemente “carpintero”, sino hombre que tiene un taller donde se trabaja especialmente la madera pero que no se arredra en acometer los oficios o menesteres necesarios para construir una casa).

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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