Rouco también corrige a Camino

El cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha adoptado en los últimos meses una posición institucional cuya perdurabilidad bien nos vendría a todos, especialmente a la institución. Evidentemente, se trata de una estrategia para mayor gloria del éxito de "su" JMJ, pero en todo caso se agradece que, a diferencia de su portavoz y obispo auxiliar, Juan Antonio Martínez Camino, o su "protegido" Braulio Rodríguez, no se dedique a insultar a aquellos que piensan de forma distinta. No nos cansaremos de decirlo: tan detestable y antidemocrático es quien cuelga un cartel en Tirso de Molina pidiendo a los niños que huyan porque viene el Papa y su ejército de "curastas" persiguiéndoles (el pliego, lamentablemente, es real), como quien llama parásitos o paletos a quienes quieren manifestarse, de manera democrática y pacífica, contra la visita papal, su coste o lo que demonios sea.

"Son objeciones habituales. También ocurrió en 1989 con la visita del Papa a Santiago. Una objeción, además, muy típica de la sociedad moderna y, comprensiblemente también, de la postmoderna, a la vista del trato que ciertos de sus sectores, suelen dispensar a la Iglesia. Ha tardado en manifestarse y sin excesivos extremismos", afirmaba Rouco en una entrevista con Laura Daniele en ABC. Este tipo de declaraciones son las que construyen, las que quitan hierro al asunto y reconocen la legitimidad del otro para ser otro.

Bienvenidas sean estas declaraciones de Rouco Varela, se deban a lo que se deban, y que a buen seguro contribuirán a rebajar el clima que otros prelados, de forma absolutamente insensata e incompatible con la responsabilidad que ocupan, se han dedicado a calentar.

baronrampante@hotmail.es
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