"Islam. Cultura, religión y política". Un libro de J.J. Tamayo (II) (105-B)



Hoy escribe Antonio Piñero

Concluimos hoy nuestra perspectiva del libro sobre el Islam. de J.J. Tamayo.

La Sharía, o ley islámica, es estudiada por el autor en un doble plano. Se explica primero la posición de las diversas escuelas jurídicas y se aclara en qué consiste la postura que podemos denominar fundamentalista, que desgraciadamente predomina en algunos países islámicos. Luego se detiene Tamayo en las corrientes reformistas dentro y de fuera del islam y ofrece una visión esperanzadora sobre cómo debe entenderse hoy esta ley islámica con especial atención a la sensibilidad por los derechos humanos, de las mujeres y de las minorías. Como muestra de la riqueza de síntesis del libro son paradigmáticas las líneas en las que se ofrece una visión de cómo se aplica –o no- la ley islámica hoy en diversos países musulmanes. Sorprende la variedad.

Muy claro, sintético e iluminador es el tratamiento sucinto y denso de los denominados “cinco pilares del islam” (profesión de fe, oración, limosna, ayuno y peregrinación a Meca). Si desnudamos la teología del judaísmo y la del cristianismo de explicaciones adyacentes y nos fijamos sólo en el esqueleto de las ideas básicas, observaremos comparativamene cómo el islam es en el fondo y en la superficie una religión cuya teología no tiene, o no cultiva, los mitos.

En efecto, si comparamos en concreto el cristianismo y el islam en esas ideas teológicas de base, observaremos que el segundo no tiene teología alguna de la trinidad, encarnación, sacrificio vicario del Hijo de Dios en pro de la redención de la humanidad, pecado original, etc.

Es el islam en este sentido una religión mucho más acomodada a la razón y puede decirse que su base es muy sencilla: Dios existe; es creador del cosmos y del ser humano; éste debe a Dios toda obediencia; Dios se revela a la humanidad por medio de los profetas, cuyo último y supremo eslabón es Muhammad; el Corán es el producto de esa revelación; el Corán es la norma del comportamiento del hombre para con Él, Dios, y para con los otros seres humanos, que se traduce en una serie de normas también básicas si se compara, por ejemplo, con la complejidad de la leyes dietéticas judías.Tamayo se esfuerza aquí en fomentar una interpretación moderna no ritualista, sino desde la opción por los pobres.

Me ha gustado el equilibrio y rigor con el que el libro de Tamayo imposta el estudio del concepto “yihad”. Es un vocablo emblemático y ante el que Occidente tiembla. El autor expone claramente cómo esta noción ha sido interpretada ciertamente como “guerra santa” en una parte notable del pensamiento islámico, sobre todo a partir de Taqqi al-Din Ahmad ibn Abdelhalim al-Tamiyya (1263-1318), y con potentes ramificaciones que llegan hasta hoy día. Pero también aclara luego cómo hay otra corriente, también muy poderosa, que entiende el yihad como “esfuerzo o superación en la conducta personal y colectiva” y su fundamentación en la base de todo, el Corán. Interesante es la síntesis siguiente:

El término yihad aparece treinta y cinco veces en el Corán, la mayoría de ellas seguida de la fórmula “en la senda del Señor”. Su significado es “ejercicio del máximo esfuerzo contra lo que está reprobado; la realización de un gran esfuerzo para vencer las dificultades”. ES justamente el sentido de la raíz gahadah en el texto coránico 2,186-187. 212-215; 4,76; 36,38. 40-52, etc. En veintidós textos el significado es “esfuerzo o superación de la conducta propia y colectiva”; en otros tres, “elevación espiritual de los creyentes”, en diez ocasiones, “guerra”, pero defensiva, nunca ofensiva (p. 170).


Objeto de estudio específico por parte de Tamayo -desde una perspectiva feminista, cada vez más asumida en el mundo- son dos cuestiones polémicas: los derechos humanos y el estatus de las mujeres en el islam.

El islam es ciertamente una de las religiones más criticadas en este terreno, y a veces, con razón. Tamayo no oculta, ni mucho menos, los hechos "que son tozudos" al respecto: transgresiones de los derechos humanos en general, ausencia de libertad de conciencia y religiosa, discriminación de las mujeres, mutilaciones, pena de muerte, lapidaciones, etc. Como se ve, nuestro autor no presenta una “imagen angélica” del islam, tal como ha sido en ocasiones criticado.

Pero, junto a esta realidad, Tamayo recupera la parte crítica del islam mismo en este ámbito: la rica herencia histórica musulmana en materia de derechos humanos, libertad religiosa e igualdad de los sexos tanto dentro en el Corán como fuera de él. Ciertamente es así, con lo que se desmiente la tan extendida idea de la incompatibilidad “connatural” del islam con la democracia y los derechos humanos.

Cuatro son las tesis que defiende Tamayo en torno a las mujeres en el islam:

a) en la Arabia preislámica las mujeres eran consideradas inferiores al varón;

b) con la llegada del islam son reconocidas como sujetos jurídicos casi con igual dignidad que los varones;

c) al expandirse el islam e implantarse fuera de la Península Arábiga, se incorporan costumbres y tradiciones que discriminan a las mujeres y se introducen en la Shari’a (Ley Islámica), sin ser islámicas;

d) actualmente existe en una importante y cada vez más extendida corriente feminista dentro del islam que lucha por recuperar la tradición igualitaria de los orígenes y por liberar a la mujeres de las tradiciones patriarcales que no pertenecen al núcleo fundacional del islam.

Lugar preponderante tiene también en el libro que comentamos el diálogo interreligioso y la teología de la liberación. Son dos de las claves finales del libro, que se completa con una exposición de los principales puntos de diálogo entre cristianismo e islam a lo largo de la historia y con la propuesta de una teología islamo-cristiana de la liberación. Esta teología es definida por el autor como “contrahegemónica”, en perspectiva ética y utópica. Pero la utopía de ahora peude y debe ser la realidad del futuro.

El libro muestra y demuestra una y otra vez –es éste uno de los "motivos-guía" del escrito- que el islam no debe ni puede identificarse con el fundamentalismo, y menos aún con el terrorismo. Todo lo contrario: ambos fenómenos son graves patologías de dicha religión denunciadas por los propios musulmanes.

Al mismo tiempo es el libro que comentamos una llamada a evitar la confrontación entre islam y occidente, ya que históricamente el islam ha mantenido lazos estrechos con occidente y ha contribuido a conformar la cultura occidental. Es necesario pasar del “del anatema al diálogo”. Eso sí, sin caer en actitudes ingenuas ni desconocer las lógicas dificultades, tras largos siglos de enfrentamientos y choques.

En síntesis: no me extraña que el libro esté teniendo éxito en las ventas. Como dije anteriormente, he leído alguna que otra crítica sobre este volumen en medidos de comunicación, como si Tamayo defendiera conscientemente una “postura angélical” respecto al islam y como si en contra de toda evidencia deseara sólo fijarse en los posible aspectos positivos ignorando los negativos. Nada más lejos de la realidad, en mi oipinión. El libro es ecuánime y el lector crítico encontrará en él expuestos, en densa síntesis, todos los argumentos de la crítica. Pero es un libro esperanzado: no cierra los ojos a los problemas, sino afirma que otro enfoque es también posible y que, además, este enfoque positivo está de acuerdo con la crítica histórica y las perspectivas de hoy.

Para los que sabemos poco del islam –y para los que creen saber mucho también- es este libro muy bienvenido. Espero que caiga en las manos de los musulmanes españioles y que lo lean con interés. Es deber suyo que sus dirigentes apoyen con todas sus fuerzas ante los políticos ese islama moderado, el único que puede garantizarnos, a los critianso y a ellos, un futuro esperanzador. Y es de desear también que llegue a manos de los polítios de nuestro país para que, apoyados en los argumentos ofrecidos, fomenten directamente en sus colegas esta línea de apoyo al islam moderado.

Enhorabuena al autor y a la editorial.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.

www.antoniopinero.com
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