¿Era el de Jesús un mesianismo guerrero y predominantemente político? Autoconciencia mesiánica de Jesús (X)

Hoy escribe Antonio Piñero

Finalizamos hoy con las razones en contra de la concepción del mesianismo de Jesús como guerrero/político

9. Si el incidente del prendimiento de Jesús y de la "refriega" en el Monte de los Olivios hubiera sido sonado, es decir con notable participación de tropas romanas y con herdios y prisioneros (¿los dos ladrones curcuficados junto a Jesús pertenecían a su grupo? es una buena hipótesis), lo habría recogido probablemente Flavio Josefo, quien calla totalmente al respecto.

10. Parece poco probable que la existencia de un grupo armado galileo (dijoms ya antes que José Montserrat señala en su obra, El galileo armado, que serían unos doscientos) no fuera descubierto por la policía de Pilato (y la herodiana) ya antes en el transcurso de la vida de Jesús en Galilea y en Judea, al menos al final. Parece extraño que de existir un grupo armado serio hubieran de esperar para detectarlo a la entrada mesiánica en Jerusalén y sobre todo a la concentración en la noche del jueves al viernes de la “semana de pasión”.

11. Me parece poco verosímil –opinión sustentada también por J. Montserrat- la hipótesis de una financiación de un grupo armado de Jesús por parte de algunos herodianos (deducido a partir de Lc 8,1-3, donde se dice que Juana, la mujer de un ecónomo de Herodes Antipas seguía a Jesús y lo financiaba con sus propio peculio). Interpretar esta “financiación” –aparte de otros problemas que tiene el texto de Lucas, al que casi todos los exegetas consideran secundario y poco fiable: una reelboración de Marcos 15,40- como apoyo directo a un grupo “terrorista”, desde el punto de vista romano y herodiano, casa mal con la persecución de Herodes Antipas a Jesús: “Aquel mismo día llegaron unos fariseos diciéndole: ‘Sal y vete de aquí porque Herodes (Antipas) te quiere matar”: Lc 13,31.

12. Es difícil imaginarse a un Jesús (no en cuanto fariseo o filofariseo, puesto que el fariseísmo es la base ideológica del zelotismo, el cual es un fariseísmo llevado al extremo de sus consecuencias religioso-políticas) que predicaba –al parecer- continuamente en las sinagogas como un celota peligroso que campó a sus anchas por Galilea y Judea durante un par de años, más o menos.

13. Si realmente Jesús estuvo al frente de un grupo armado, se explica mal que sus seguidores se instalaran en Jerusalén poco tiempo después del ajusticiamiento de Jesús. Hubiera sido como meterse en la boca del lobo, pues los seguidores de un culpable de delito de lesa majestad podían ser apresados y ejecutados en cualquier momento por la autoridad romana. No parece que a tenor de una lectura de los Hechos de los Apóstoles, hubiera en ese sentido la menor preocupación por parte de los seguidores de Jesús.

14. Según la tesis de J. Montserrat, (El galileo armado, p. 169), la primitiva comunidad de seguidores de Jesús que se concentró en Jerusalén poco después de ser ajusticiado Jesús en la cruz proclamó rápidamente su convencimiento de que Jesús era “el profeta anunciado por las Escrituras” (cf. Hch 3,21-22). Esa comunidad "no pasó de ese estadio" de creencias respecto a Jesús. "Los dogmas de Jesús resucitado y "mesías-que-ha-de-venir" se formaron en las comunidades helenísticas fuera de Palestina.

Esta tesis no me convence en absoluto, pues es testimonio unánime de todas la fuentes que la creencia en la resurrección de Jesús (no me dispongo ahora a discutir sobre la realidad de la resurrección, que no es un objeto de la ciencia histórica) fue un fenómeno primario que impulsó la vuelta de sus seguidores huidos desde Galilea y la concentración en Jerusalén. Ahora bien, el recuerdo reciente –según la hipótesis de que Jesús había entrado en Jerusalén a la cabeza de un grupo armado- de un sedicioso ajusticiado por los romanos cristalizaría mucho mejor en la figura de “mártir por la causa de la libertad” y menos en la de “profeta que ha de venir”. Sin embargo, a tenor de lo que puede leerse en los Hechos de los apóstoles, la comunidad primitiva jerusalemita no presenta a Jesús tanto como un “mártir”, cuanto como un profeta... y en mi opinión como resucitado, y mesías que ha de venir (primer discurso de Pedro en Hch 2).

Puede haber más razones, pero opino que las expuestas hacen inclinar más la balanza hacia una postura contraria a la de mi colega y amigo José Montserrat: debemos concluir, por tanto, que Jesús no se presentó como un mesías estrictamente político y guerrero, como lo fueron otros agentes mesiánicos de la época y de los que nos habla Flavio Josefo en sus Antigüedades, sino ante todo como un mesías religioso.


Sin embargo, esta conclusión debe ser matizada, como veremos en el post siguiente y último
de esta sección dedicada a la interpretación e una feaaceta del mesianismo de Jesús.

Saludios cordiales de Antonio Piñero.
Volver arriba