El ex director gerente del FMI, estrella en la primera jornada del Católicos y Vida Pública Michel Camdessus lamenta la "respuesta colectivamente indigna que damos al problema de las migraciones"

(J. Bastante/CEU).- El presidente de las Semanas Sociales de Francia y ex director gerente del FMI, Michel Camdessus, abrió anoche los trabajos del XVIII Congreso Católicos y Vida Pública lamentando la "respuesta colectivamente indigna que damos al problema de las migraciones".

Camdessus dedicó buena parte de su conferencia inaugural a afrontar los desafíos que interpelan al cristiano en este mundo globalizado que se está creando a partir de la crisis y la globalización. Para el ponente, la crisis tiene una triple dimensión. En primer lugar, su aspecto financiero, en una sociedad consumista donde "la codicia se había convertido en algo políticamente correcto". En segundo lugar, Camdessus habló de la "crisis de civilización", que se expresa en realidades como la pobreza, el clima, las crisis alimenticias o energéticas, las dificultades para establecer una cooperación internacional efectiva o las cuestiones culturales y éticas.

Finalmente, el ex director gerente del FMI habló de la crisis de las resistencias a este nuevo mundo, alumbrado por tres grandes cuestiones: la revolución demográfica, la insuficiencia de las instituciones de gobernanza para hacer frente a realidades de alcance global y el desajuste entre las perspectivas de consumo y los límites de los recursos naturales.

"África doblará su población en los próximos 25 años, lo que provocará una fuerte presión migratoria que sólo se podrá afrontar si trabajamos con los países africanos para generar en ellos un rápido desarrollo", destacó Camdessus, quien sugirió un "cambio drástico" en lo tocante a la sostenibilidad, pues si no cambiamos nuestro modelo de consumo "necesitaríamos disponer de varios planetas más".

¿Cuál es el papel del cristiano en este punto? Para Camdessus, se puede concretar en seis características: rechazo de la cultura de la acumulación, apertura a la misericordia, respuesta efectiva a la solidaridad universal, compromiso de ciudadanía universal al servicio del bien común global y colaboración fraterna con las otras sabidurías y religiones del mundo para humanizarlo.

Entre las mesas redondas del día, destacaron la titulada "Ser cristiano: vocación al compromiso", en la que participaron la relatora Ainhoa Uribe Otalora, profesora titular de Ciencias Políticas de la Universidad CEU San Pablo y los ponentes José Ángel Martínez de Bujanda, capellán de la cárcel de Álava y promotor de la iniciativa ‘Presos en el Camino de Santiago', además de Tiscar Espigares Pinilla, presidenta de la Comunidad de San Egidio de Madrid.

"El capellán hace poco en la cárcel, es la Iglesia la que hace todo" señaló Martínez de Bujanda, el cual indicó que "ser capellán en la cárcel no es tan complicado. Para mí sería mucho más difícil tener que afrontar los problemas de una parroquia de barrio".

"El cura en la cárcel es el padre, es el único que te va hacer un favor, el único que no te va a meter un parte si le haces una faena. Para mí esto fue un importante descubrimiento personal."

Sobre la función que debe realizar la cárcel en la sociedad, el religioso quiso destacar que "en muchas ocasiones se utiliza la palabra ‘reinserción' para señalar la función de la cárcel, pero lo cierto es que debe de hablarse de ‘insertar'  y no de ‘reinsertar', ya que la mayoría  de los presos nunca han estado dentro de la sociedad". Del mismo modo quiso señalar que el "Código Penal que existe en nuestro país mete en la cárcel a los roba gallinas, siendo las familias desestructuradas las más desfavorecidas".

Por su parte Tiscar Espigares Pinilla, presidenta de la Comunidad de San Egidio de Madrid, quiso reflexionar sobre los valores de la Comunidad. Una Comunidad, descrita por el Papa Francisco con tres palabras "pobres, paz y oración", declaró. "La amistad con los pobres es fundamental, queremos ver el mundo desde el punto de vista de los pobres como señala el Evangelio. La oración es la primera obra de la comunidad, todo lo que hacemos es desde la palabra de Dios, la oración no se tiene que hacer como último recurso, la oración es lo primero. Y finalmente la paz. Hemos construido la Escuela De La Paz, en el barrio de Pan Bendito, en  donde no solo se enseña matemáticas, lengua... sino también ser hombres y mujeres de paz. En definitiva "el gran desafío para cualquier cristiano es no perder la esperanza, no amoldarse a la realidad, no ceder a la resignación", señaló.

Por su parte, durante el encuentro "La Iglesia hospital de campaña", se escucharon los testimonios de Luis Montes, misionero en Irak, y Jaume Vives Vives, testigo de la persecución en Irak. Durante la charla, los ponentes han relatado la experiencia que han vivido en el Medio Oriente. Unos testimonios que denuncian la discriminación que miles de cristianos sufren allí cada día, cristianos que están siendo perseguidos por el simple hecho de serlo. Creyentes que, como afirmaba el padre Montes, "lo han perdido todo, y sin embargo, conservan sus sonrisas porque están unidos a Dios, dan su vida en lugar de renegar del sagrado nombre de Cristo".

Ambos ponentes han alabado la valentía de los cristianos que "aun teniendo verdaderos motivos para renegar de Cristo, no lo hacen", tal y como declaraba Vives. Pero no sólo han manifestado el peligro de esta situación, sino que se ha alertado del desconocimiento que tiene la sociedad acerca de este tema. Una ignorancia fruto del silencio cómplice en el que participan los medios de comunicación al no hacerse eco de la actualidad que los cristianos viven en países como Irak.

Así lo ha manifestado el padre Montes, lo duro que es ver "como los medios solo hablan si el atentado se lleva la vida de más de 40 personas". A esta denuncia se sumaba Vives, declarando que "no podemos caer en el error de creer que las sonrisas son frutos de que esa gente es muy optimista, porque es mentira, ellos afrontan el infierno construyendo felicidad".

Finalmente, en el marco de la mesa redonda "Una visión cristiana de la Universidad", el rector de la Universidad CEU San Pablo, Antonio Calvo, ha explicado que la universidad católica debe ser una "síntesis entre fe y razón". De manera que, fomente la búsqueda del conocimiento, la investigación y sea comunicadora para impulsar valores, propagar el pensamiento católico y reforzar vocaciones para la vida pública. Además, "la universidad católica ha de defender su identidad", mediante personal, alumnos y materias docentes que respondan a esos valores católicos: "Debemos transmitir nuestros valores y participar en la vida pública dentro de nuestra identidad católica".

La rectora de la Universidad Pontificia de Salamanca, Myriam Cortés, ha coincidido con Antonio Calvo al afirmar que "la verdadera misión de la Universidad es servir a la Verdad". Y ha aclarado que la Universidad es más que una mera transmisora de conocimientos, investigación y generadora de competencias. "Debe proporcionar a sus alumnos modelos de convivencia, diálogo, justicia y fraternidad". Además de ser "un espacio de reflexión, debe hacerse visible".

El último en intervenir en esta mesa redonda, moderada por la rectora de la Universidad Católica Santa Teresa de Jesús de Ávila, María del Rosario Sáez, ha sido el alumno de la Facultad de Humanidades y CC. de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo, Álvaro Petit, "la Universidad es trascendencia, es un río que fluye donde los límites del pasado, presente y futuro se desdibujan". Y ha añadido que, la universidad católica en concreto "tiene que ser el refugio de lo sublime, una manifestación de la mano de Dios".

Volver arriba