"Es necesario imaginar y activar un cristianismo no dogmático, liberador, compasivo con las víctimas del neoliberalismo, inclusivo de las diferentes identidades étnicas, culturales, vinculado con los movimientos sociales"
"La desigualdad de sexo-género es la escuela sobre la que se ha levantado e interiorizado el resto de las desigualdades. No es que sea la desigualdad “más importante”, pero sí la que atraviesa a la comunidad humana entera, la que tiene lugar en todas las sociedades"
"Hay que avanzar hacia una democracia de base, participativa, paritaria, en todos los campos del quehacer humano: político, económico, educativo, cultural, religioso, social, familiar, laboral. Para ello es necesario ocupar las calles y convertirlas en constituyentes, militar en el relato, trabajar políticamente y mantener la alegría. Son los pueblos que tienen alegría quienes tienen esperanza en transformar la historia"
"El compromiso a asumir en este segundo Foro sobre “Demokrazia, ¿derechos humanos en juego?” es reconstruir, desde los márgenes, una democracia, unos derechos humanos y un cristianismo en dirección a la utopía de Otro Mundo Posible, justo, fraterno-sororal y eco-humano, donde quepamos todas y todos"