Este jueves, 14 de marzo tuvo lugar la presentación de la segunda edición del Foro KRISARE “Demokrazia: ¿derechos humanos en juego?”. El acto contó con la ponencia de Juan José Tamayo con la exposición del tema: “Educar en los derechos humanos”, y fue dinamizando el espacio Juantxu Oscoz.

Hubo un ambiente cálido y distendido con el reencuentro y los abrazos entre buenos amigos, de los cuales muchos eran personas veteranas que acompañaron al ya extinto Foro Religioso Popular de Vitoria-Gasteiz . 

Seguidamente, de la mano de Juantxu Oscoz se presentó la conferencia de Juan José Tamayo  que comenzó exponiendo que “ni si quiera la democracia ha logrado darle a los derechos humanos la importancia que merecen”.

Tamayo se mostró muy crítico con el sistema educativo culpando a las administraciones e instituciones más que al profesorado y al alumnado.

Continuó explicando cómo vivimos inmersos en la cultura de los derechos humanos, una cultura que suele considerarse universal y de consenso, que en principio apenas tiene detractores, aunque sí críticos de su formulación conceptual, su regulación jurídica y su aplicación a veces selectivamente excluyente. Tales críticas parecen justificadas: tanto en su formulación occidentalista -que descuida e ignora valores de otras tradiciones culturales-, como en su sistemático incumplimiento.

En otro momento planteó cómo preocupa la práctica educativa orientada a la productividad y al consumo y de la imagen que transmite del ser humo, pues la  razón de ser de las instituciones educativas es ayudar a construir un “nosotros inclusivo”, cuyo referente es el bien común, crear ciudadanos y ciudadanas libres en un clima de pluriverso, desaprender-reaprender, escuchar y argumentar. 

El arranque de este foro ha dejado afirmaciones y reflexiones de gran calado, invitándo a responder a la cuestión de ¿Qué es educar en derechos humanos? Para ofrecer, mediante el siguiente decálogo, una propuesta desde un paradigma alternativo:

1) Reconocer los derechos del alumnado, frente a una educación directiva

2) Educar en igualdad y justicia de género, contra la discriminación y la violencia de género

3) Educar en la memoria histórica democrática de las víctimas, frente a los totalitarismos y a la memoria amnésica del pasado.

4) Educar en la dignidad y los derechos de la Tierra, frente a la depredación de la naturaleza

5) Educar en una ciudadanía global, frente al racismo y la xenofobia

6) Educar en el laicismo, frente a la confesionalización de la escuela y de la sociedad.

7) Educar en la interculturalidad y el diálogo interétnico e interreligioso, frente a los fundamentalismos.

8) Educar en la construcción de una sociedad justa. En lucha contra la pobreza.

9) Educar en la razón utópica 

10) Educar en una democracia cosmopolita, participativa, paritaria y popular

La educación en Derechos Humanos la calificó Tamayo como la piedra angular del sistema educativo. 

 Y ha terminado  con la propuesta de Ernst Bloch sobre la alianza entre la razón y la utopía, opinando sobre cual podría llegar ser el lema de la educación del futuro: “La razón no puede florecer sin esperanza, La razón no puede hablar sin razón”.