Estamos asistiendo, como ya anuncié en este blog hace unos días en el post titulado: "Donde no hay cabeza no hace falta sombrero", a una sucesión de sandeces que acabará generando preocupación porque son síntomas de que todavía hay personas y grupos que no han entrado en el juego de la democracia y están siempre alerta y preparados para dinamitar cualquier idea o propuesta que ellos no compartan.
El asalto a la capilla de la universidad autónoma de Madrid en los últimos días es un ejemplo muy clarificador de esto. Usted no comparte los valores de la fe cristiana ¡pues muy bien! escoja otros y viva según ellos si le hacen más feliz. Nadie le obliga a ser cristiano ni a parecerlo. Pero no entiendo por qué hay que asaltar y destrozar una capilla porque es cristiana, pisoteando los valores y sentimientos de los que se sienten, piensan y viven así. Oiga, si usted es democrático y quiere que lo respeten, respete usted a los demás, que ésa es la regla básica de la democracia.
Este asalto más que una tema de delincuencia, que también lo es , supone una cuestión de falta de calidad democrática. Nuestra democracia no es todavía sólida y necesitamos aún recorrer un camino intenso de formación cívica y de valores democráticos que nos conduzcan a respetar a los que no piensan como nosotros.
Los que han asaltado la capilla de la autónoma son, además de delincuentes, unos antidemocráticos o "fachas" como se los conoce en la jerga social.
Entre todas las palabras que ensucian la capilla -ensuciar era para Freud, síntoma de no haber superado aún la fase anal, que es la más infantil y baja del ser humano, hay una que me preocupa especialmente: "Revancha". Osea que estos sujetos anales, antidemocráticos y delincuentes vienen en plan de revancha. ¿Revancha de qué y contra quién?
Tal vez se refieren a la revancha contra los valores cristianos que son los que han levantado Europa y nuestro país y han sembrado de solidaridad y progreso todos los países en el compromiso de miles de hombre y mujeres cristianos que han entregado su vida por el desarrollo de los pueblos.. ayer y hoy. Nuestras catedrales y museos son una prueba ferviente de los que significa esta cultura cristiana. Tal vez sea esa revancha la que pretenden.
O tal vez sea la revancha contra la cultura cristiana a quien le debemos en España nuestros mejores escritores y poetas, desde Cervantes, santa Teresa y san Juan de la Cruz hasta grandes científicos del momento presente. Decía el doctor Barbacid, descubridor de los oncogenes del cáncer: "He descubierto a Dios en la perfeccion de una célula"
Ahora que parece que, por fin, quedó atrás la santa inquisición de otros tiempos resulta que comienzan a surgir nuevas inquisiciones laicas que no matan personas, por ahora, pero ensucian capillas, buscan la revancha y actúan como delincuentes contra los valores del cristianismo; en este momento, la confesión más perseguida del mundo.
Pues es para preocuparse que vengan grupos y personas con aires de revancha. Tal vez una revancha que tiene que ver con la guerra civil que ya queríamos superar pero que éstos se empeñan en sacar a relucir de nuevo porque tal vez se sienten perdedores y hay que tomar la revancha.
Confío en que estas pesonas y los grupos que los jalean no consigan obtener responsabilidad alguna de gobierno, porque entonces nos vendrá la revancha y sí que tendremos causas justificadas para preocuparnos por nuestra convivencia democrática.