¿ Cuanto cuesta una sonrisa?

En estos tiempos en los que nos toca vivir, parece que esa sonrisa nos cuesta bastante…
Si observamos los rostros de las personas por las calles de nuestras ciudades percibimos semblantes serios, decepcionados, hasta cansados, incluso a primera hora de la mañana. Nos falta frescura, luz… pero cuando encontramos a alguien que irradia esto, el rostro se nos ilumina, dejamos a un lado el pesimismo y nos situamos en la otra orilla…
Es bonito saber compartirla, además de barata, no tenemos que gastarnos demasiado en adquirirla y los beneficios que nos aporta son muchos. ¿Quien puede decir que está sobrado de ella y que no la necesita? Creo que nadie porque no hay nadie tan pobre que no pueda regalarla ni nadie tan rico que no la necesite. Es un don que todos poseemos y como tal, es para compartirlo, aunque últimamente creo que tenemos qué desempolvarlo un poco porque se nos está olvidando sonreír.
La vida se encarga de ponernos demasiado dolor por delante y eso nos abruma permitiendo que dejemos a un lado el mejor antídoto contra tanta inquietud.
Estaría bien intentarlo por lo menos durante este día, quizá el resultado nos convenza y lleguemos a repetir…
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