Tengo tiempo?

Los animales se reunieron en asamblea
Y comenzaron a quejarse de que los humanos
No hacían más que quitarle las cosas.
“Se llevan mi leche”, dijo la vaca.
“Se llevan mis huevos”, dijo la gallina.
“Se llevan mi carne y mi tocino”, dijo el cerdo.
“Me persiguen para llevarse mi grasa”, dijo la ballena.
Y así sucesivamente.
Por fin habló el caracol: “Yo tengo algo
Que les gustaría tener más que cualquier otra cosa.
Algo que ciertamente me arrebatarían si pudiesen: TIEMPO”.

(Toni de Melo)


Constantemente nos estamos quejando del poco tiempo que tenemos, la expresión “no tengo tiempo” es tan oída últimamente como la palabra “crisis”.
No nos recreemos en el paso del tiempo, ver cómo los días se van y nos devoran y sentirlo con añoranza, al contrario, hemos de verlo como una oportunidad que se nos regala de crecimiento personal y de siembra.
Nosotros somos los que le ponemos valor al tiempo. Un día puede equivaler a un año; un segundo, a un siglo, o al contrario, puede que mil años sean un solo día.
Cuando uno vive y lo hace intensamente, vibrando con cada acontecimiento, es consciente de que cada minuto que transcurre no vuelve y que este ya empieza a formar parte del pasado.
A veces perdemos la vida queriéndola ganar, pensemos que el tiempo es lo único que tenemos para podernos realizar cada uno como personas y que no merece la pena gastarlo en juzgar, protestar, ofender…
La vida se nos regala para vivirla, amarla, sentirla, saborearla, palparla en la cotidianidad porque quizá, como se nos dice en Josué 10, 12-13, alguna vez hayamos caído en la tentación de querer parar el sol.
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