Los apóstoles de Jesús en la literatura apócrifa



Hoy escribe Gonzalo del Cerro

Pedro según su martirio compuesto por el obispo Lino

La importancia jerárquica de Pedro, expuesta y justificada en los evangelios y en los Hechos canónicos de los Apóstoles, explica sin más razones la devoción de la comunidad cristiana y la atención que dedicó a su persona y a las tradiciones que recogen sus recuerdos. Por razones obvias, la pasión de los protagonistas ocupa un lugar de privilegio en la conservación de los textos, ya que era el suceso que marcaba las fechas de sus martirios y justificaba su celebración y su recuerdo (anámnesis).

Así es esta Pasión de Pedro, atribuida al primero de sus sucesores, el obispo o papa san Lino. De acuerdo con el título latino de Pasión de Pedro del Pseudo Lino, nos referiremos a este apócrifo con la sigla PPsL (Pasión Pseudo Lino). El epígrafe, que figura al inicio del texto, la califica de “Martirio” en varios de los manuscritos que transmiten el documento. Algunos especifican que se trata del obispo o papa romano, quien escribió esta Pasión en griego destinada “a las iglesias orientales”. Sin embargo, no necesitamos insistir en que se trata de una atribución, como se desprende del epígrafe de la obra que habla del Pseudo Lino. La fecha de origen de esta Pasión, el siglo IV, es razón suficiente para determinar que el papa Lino no puede ser el autor

Los Hechos de Pedro (AV), fuente del Pseudo Lino

La fuente literaria, de la que toma sus datos el Pseudo Lino, es el Martirio de Pedro, conservado en griego en el marco de sus Hechos Apócrifos (HchPe 33-41). De allí procede el episodio de las cuatro concubinas del prefecto Agripa, convertidas a la vida de castidad por la predicación de Pedro (HchPe 33, 2; PPsL 2). De los cuatro nombres mencionados por Lino, dos son idénticos a los de los HchPe (Agripina y Eufemia); los otros dos son sensiblemente similares (Nicaria en HchPe, Eucaria en la Pasión del Pseudo Lino (PPsL), Dóride y Diónide respectivamente.

De los HchPe proceden también los detalles de la conversión de Jantipa, esposa de Albino, gran amigo del César (Caesaris amicissimus). Fue precisamente Jantipa la que, enterada de los planes de su marido, avisó a Pedro del peligro que se cernía sobre la comunidad cristiana y le recomendó que huyera de Roma para salvar su vida.

Los HchPe (35) y la PPsL (4) narran de forma paralela el episodio del Quo uadis, incluido así en el contexto de la historia de Jantipa y de las concubinas de Agripa. Ha sido el texto latino de la PPsL el que ha dejado para la devoción y la tradición la fórmula Quo uadis?, que en el griego de los HchPe es pû hōde? (¿Dónde por aquí?). Aunque el Martirio en los HchPe forma parte de sus Hechos Apócrifos conservados íntegramente en los Actus Uercellenses latinos, el texto latino falta precisamente en este pasaje, por lo que no disponemos de la forma concreta en la versión latina. El Martirio de Pedro en sus Hechos Apócrifos se ha conservado solamente en los manuscritos griegos de Patmos (P, del siglo IX) y de Atos (A, del siglo XI), de los que existe la correspondiente versión latina en los Actus Uercellenses, aunque con notables lagunas.

El saludo a la cruz (PPsL 11,1) es un eco fiel del pasaje de los HchPe 37,1. Las primeras palabras son idénticas en ambos documentos: “¡Oh nombre de la cruz, misterio oculto! ¡Oh gracia inefable…!” Ambos coinciden también en el detalle importante de la forma de la crucifixión. Fue Pedro quien solicitó ser clavado en la cruz invertida: Staurōsate epí tēn kephalēn (HchPe 37,4), lo que el Pseudo Lino especifica escribiendo: caput deorsum ponatis et pedes sursum (“poned la cabeza hacia abajo y los pies hacia arriba”: 12,1).

Luego, esta Pasión recoge muchos de los conceptos de la explicación teológica del gesto tal como la presentan los HchPe. Entre otros, el que está contenido en el logion citado tanto en los HchPe (38,3) como en la PPsL (14,2): “Si no hacéis lo derecho como izquierdo y lo izquierdo como derecho, lo de arriba como de abajo y lo de detrás como de delante, no conoceréis el reino (PPsL: “de Dios)”. Este logion, que tiene claros ecos en los evangelios gnósticos de Felipe (67-68) y de Tomás (22), y que está citado también en los HchTom 47,2 y los de Felipe 140,2, lleva su justificación y su contexto en la forma de la crucifixión de Pedro. Su postura en la cruz invierte en cierto sentido todas las cosas. Era ésta, además, en el comentario de ambos textos, la imagen del primer hombre, que tan funestas consecuencias había tenido para la historia de la humanidad. Es también la forma natural del nacimiento de los hombres.

(Cuadro de Aníbal Carracci "Domine Quo vadis", de 1601/2)

Saludos cordiales. Gonzalo del Cerro
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