“Puntos oscuros en el relato de la Pasión en el Evangelio de Marcos” (109-33)

Hoy escribe Antonio Piñero


Tema: El sentido último y el significado de la condena a muerte de Jesús, según los evangelistas y según la crítica histórica.

Quedamos en la postal anterior que la transmisión de los datos y recuerdos sobre Jesús están sujetos a reinterpretación y reelaboración. Seguimos observando motivos de duda sobre la objetividad del Evangelio de Marcos en el tema de la pasión de Jesús.

El Evangelio de Marcos tiene a Jesús por el mesías de Israel y a la vez como hijo real de Dios. Así como lo indica:

· El comienzo de su escrito (si es auténtico; al menos en el siglo II se interpretó que éste era el pensamiento de Marcos: 1,1): “Comienzo de la buena nueva (“evangelio”) de Jesús, hijo de Dios”

· Y el sentido normal que dan los cristianos a la respuesta de Jesús “¿Eres tú el mesías, el hijo del Bendito?” (14,61). Entonces Jesús responde:

62 Y dijo Jesús: «Sí, yo soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre las nubes del cielo.» 63 El Sumo Sacerdote se rasga las túnicas y dice: «¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? 64 Habéis oído la blasfemia. ¿Qué os parece?» Todos juzgaron que era reo de muerte.


A esto se puede observar:

a) Esta pregunta es inverosímil en labios del Sumo Sacerdote, pues jamás los judíos han considerado que el mesías sea un ser divino


b)
Es inverosímil que Jesús se hubiera tenido a sí mismo como hijo real de Dios; no es éste el resultado al que nos ha llevado el examen crítico acerca de la autoconciencia de Jesús.

c) El Evangelio de Marcos presenta su relato de la pasión de Jesús como los sucesos realmente ocurridos a un ser humano durante la prefectura de Poncio Pilato. En realidad, sin embargo, lo que describe es el tránsito por este mundo hasta su muerte de un ser en realidad divino.

d) A pesar de la posibilidad teórica, tal como lo describen los evangelistas, es contradictorio que el pueblo aclame a Jesús como mesías hijo de David (entrada triunfal en Jerusalén) y que al mismo tiempo Jesús declare que se debe pagar el tributo al César. Jamás el pueblo judío lo hubiera aclamado como tal, si es que Jesús hubiera tenido tal intención.

e) Parece imposible históricamente que el episodio de la “purificación del Templo” tal como lo pinta Marcos sea obra de un solo hombre, humilde y pacífico, que además actúa movido por el impulso de un pasaje de la Escritura. Marcos lo cuenta así:

15 Llegan a Jerusalén; y entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y a los que compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas, :16 y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo. 17 Y les enseñaba, diciéndoles: «¿No está escrito: Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las gentes? ¡Pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos! » 18 Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escribas y buscaban cómo podrían matarle; porque le tenían miedo, pues toda la gente estaba asombrada de su doctrina (Mc 11, 15-18)


Como decimos, tal hecho no puede ser el producto

· De un hombre pacífico, como lo pinta, por ejemplo el Evangelio de Mateo (un hombre manso y humilde de corazón: “Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”: 11,29),

· Ni es verosímil que luego Jesús campara por sus respetos tan tranquilo, sin que los judíos se atrevieran a prenderlo, ni los romanos lo capturaran (Mc 11,18, que acabamos de citar)

Da toda la impresión de que toda esta pintura refleja a un Jesús idealizado, no real, y que representa más el interés teológico del evangelista que unos sucesos ocurridos en el Israel del siglo I, ambiente que conocemos muy bien por otras fuentes.

Por el contrario, si -como afirmamos- Jesús se presentó real y efectivamente como el mesías de Israel de acuerdo con las esperanzas mesiánicas generales del pueblo de Israel de la época, se explica muy bien la muerte de Jesús a manos de un gobernador romano. Mucho mejor que por la explicación, en verdad muy insuficiente, que ofrece el Evangelio de Marcos, a saber muerte por concena por “blasfemia”; papel decisivo del Sanedrín judío a la hora de que un débil Prefecto ceda a sus presiones y condene a un inocente.

Da toda la impresión que el evangelista Marcos intenta a toda costa echar toda la carga de la culpa sobre los judíos y exonerar al pueblo romano, en la persona del gobernador, de la muerte de Jesús, y prsentar la muerte de Jesús como un crimen del que son responsables en último término las autoridades judías y luego el pueblo, que cambia repentinamente de opinión.

Volvemos, pues, a la misma hipótesis: no parece probable que el primer evangelista, y los que le siguen, Mateo y Lucas sobre todo, presenten a una luz objetiva los motivos de la muerte de Jesús, sino que los interpretan a conveniencia de su imagen (teología) previa sobre Jesús.

Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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• En el otro blog, “Cristianismo e Historia” (en la revista electrónica “Tendencias21”, el tema de hoy es:

“La fundación de la comunidad paulina de Corinto” (I)

• Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)

Para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.
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