Nuevos "Kephalaia" ("capítulos") maniqueos

Continuamos hoy con la publicción como primicia de los textos maniqueos recientemente descubiertos

Hoy escribe José Montserrat Torrents

Kephalaion 125

Texto:

Acerca de los cuatro puntos de fijación: ¿hay vida en ellos?


301 Nuevamente interrogó un catecúmeno al Apóstol y le dijo:

- Dime, señor mío, e instrúyeme 20 acerca de los cuatro puntos de fijación vivientes […] que se hallan debajo del Omoforo: ¿hay acaso alguna luz en ellos, o no?

Le dijo el Apóstol:

- Hay en ellos una ligera fragancia.

Le dijo aquel catecúmeno:

- ¿Saldrá algo […] de aquella luz que […] ¿Habrá algo purificado por ella, o no?

Entonces le dijo el Apóstol:

- Ninguna luz [procederá] de estos puntos de fijación que están debajo del Omoforo […] debilitarse en ellos […] fijados […]
[…] atados con grandes y santas cadenas
[…] que el Padre de los Vivientes ha fijado
[…] todas las obras

302 […] una serpiente [?]
[…] llamaron y extrajeron […] el veneno que hay en ella […] aquel veneno que nadie podrá aniquilar, pues […] en él, por medio de la invocación (epíklesis) del nombre.
[de esta misma manera] están establecidos aquellos puntos de fijación […] el (denominado por comparación) veneno que hay en ellos y también la luz.

[…] son establecidos aquellos puntos de fijación, que están fijados […] de este vigoroso gigante, el gran Omoforo que se halla firmemente afincado sobre ellos y debilita 10 con su vigor (a los elementos tenebrosos). Pero aquella luz permanecerá consentidamente en ellos hasta los últimos días. Pero al final de la [purificación] un poco de la luz que estuvo consentida en ellos saldrá […] y se salvará del poder de (los elementos tenebrosos) y se amalgamará con la última estatua.

Cuando aquel catecúmeno escuchó esto fue ilustrado y se alegró a causa de lo que había escuchado.


Observaciones al texto:

"Puntos de fijación" (pag. 301): así traduce este término Nathalie Bosson en el volumen de Textos Maniqueos a publicar por Editorial Trotta en 2008.

"Fragancia" (pag. 301): según los "setianos" de Hipólito de Roma (Refutatio V 19,4), en el "lugar intermedio" (el mundo) hay una "fragancia" del espíritu. Los setianos de Hipólito son el antecedente más inmediato del maniqueísmo.

"Extrajeron" (el veneno) (pag. 302). El término copto dice literalmente "rascaron"; así es como se extraía el veneno de las serpientes, que tenía propiedades médicas. En este contexto, el término tiene un sentido positivo, equivalente al griego phármakon, remedio.

"Debilita con su vigor": lo lagunoso del texto no permite discernir que los debilitados no son los cuatro pilares (cosa que sería incongruente) sino los arcontes tenebrosos. La comparación con Kephalaion 70 (93,17) permite reconstruir el sentido del pasaje.


Comentario

Este Kephalaion ofrece indicios para discernir la identidad y la función de unos elementos del panteón maniqueo insuficientemente explicados en los Kephalaia anteriores: los "puntos de fijación" del Omoforo o Portador. Situemos este personaje en el sistema maniqueo.

El Espíritu Viviente crea y ordena el universo por medio de sus cinco hijos. El último de ellos es el Portador, el Omoforo, asimilado al Atlas de la mitología griega, que porta el mundo sobre sus espaldas. El Kephalaion 70 compara el universo con un cuerpo humano y explica: "Las plantas de sus pies corresponden a la gran Tierra sobre la que se yergue el Omoforo, cuyos cuatro puntos de fijación se hallan bajo sus pies" (170,13-14).

Mani recurre aquí a mitologuemas concebidos en el supuesto de una tierra plana (como en el Génesis). Esta tierra se sostiene sobre cuatro pilares, que son sus "puntos de fijación". Los arcontes malignos provocan terremotos que hacen tambalear los cuatro pilares, pero una intervención de Jesús Esplendor (una evocación del Tercer Enviado cuya misión es poner en marcha el universo creado por el Espíritu Viviente) los robustece: "Él (Jesús) puso orden y fortaleció las fijaciones inferiores" (Kephalaion 38,10).

En el Kephalaion que comentamos un catecúmeno pregunta a Mani si en estos cuatro puntos de fijación hay partículas de luz (como en los vegetales, por ejemplo). La respuesta de Mani es consecuente con la doctrina demiúrgica general: el universo ha sido constituido con elementos luminosos y elementos tenebrosos mezclados en distintas proporciones.

Los pilares o puntos de fijación contienen únicamente una "fragancia" de luz. En consecuencia no son entes salvíficos, al contrario, precisan salvación. Su parco elemento luminoso no irá saliendo de ellos durante la economía de la salvación, el proceso de recuperación de la luz divina mezclada en el mundo. Otros entes mezclados, como las plantas y los animales, liberan continuamente elemento luminoso, que por medio de la luna y del sol (luz pura) se trasladan al Eón del Gozo (véase el Kephalaion 124, comentado en este mismo blog).

Pero la luz voluntariamente encerrada en los cuatro puntos de fijación tendrá que aguardar hasta el fin del mundo. Los últimos residuos de luz esparcidos por el mundo se reunirán en una personificación denominada "la última estatua” (véase 2Homilia, p. 41,21; Kephalaion 5, p.29,1-4 ; Kephalaion 18, p. 59,9-24) y a través de ella accederán a la Tierra de Luz. Después el mundo será destruido por el fuego.

Saludos cordiales de José Montserrat.
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