Nueva introducción al estudio del maniqueísmo



Hoy escribe Antonio Piñero

Fernando Bermejo ha sido muy modesto a la hora de presentar su nuevo libro El maniqueísmo. Estudio introductorio, por lo que deseo añadir unas palabras que den a este volumen la importancia que se merece. En dos palabras diría que, en mi opinión, es la mejor introducción al muy difícil tema de los maniqueos y el maniqueísmo que existe en el mercado. Y no sólo en lengua española, sino en la literatura universal sobre el tema.

Doy la ficha completa del libro:

Fernando Bermejo Rubio, El maniqueísmo. Estudio introductorio, Editorial Trotta, Madrid, 2008, 299 pp. ISBN: 978-84-8164-989-5. Encuadernado en tapa dura, con amplia Bibliografía e índices.


El autor escribe en su Prólogo:

El presente volumen ofrece a todo lector interesado en la evolución de las creencias religiosas de la humanidad una introducción crítica, sistemática y actualizada del maniqueísmo, un fenómeno que en el seno de la tradición religiosa de Occidente ha sido secularmente caricaturizado y denostado.


El maniqueísmo ha durado en la historia de la humanidad más tiempo del que se piensa comunmente, pues ha sobrevivido al menos hasta el siglo XVII, y es un caso muy interesante pues tiene en primer lugar un fundador claro, de quien se conservan escritos directos, y no un personaje nebuloso cuya existencia real se mezcla con todo tipo de leyendas y deformaciones. En segundo lugar porque es la única religión antigua, que fue pensada por su propio fundador con un carácter suprarregional y universalista.

El maniqueísmo se extendió con rapidez, y a lo largo de su larga vida fue un notable competidor del cristianismo, del islam, y más al oriente, del zoroastrismo y del budismo. En Occidente, el maniqueísmo no murió durante la Edad Media: un contenido ideológico similar o emparentado con él revivió con los paulicianos, bogomilos y los cátaros.

Dentro de la fenomenología religiosa me parece que el maniqueísmo tiene un notable interés por lo que supone de mezcla de culturas e ingredientes religiosos del ámbito de Mesopotamia, del zoroastrismo, y del cristianismo y budismo. Es de suponer que tal mezcla fue voluntaria por parte de su fundador, pues él estaba convencido de que su religión era una síntesis, revelada por la divinidad de lo mejor que en otras religiones previas había aparecido sólo veladamente.

Una visión del contenido de este volumen introductorio será de gran utilidad para el lector, pues el estudio de F. Bermejo aborda con gran claridad todos los temas que pueden esclarecer el origen y el contenido teológico de esta religión.

· En primer lugar, una visión general de las fuentes antiguas hoy disponibles para su comprensión y estudio: obras del propio Mani, textos griegos, fuentes coptas, latinas (entre las que destaca Agustín de Hipona, maniqueo durante una década- iranias, chinas, siríacas, etc. junto con una visión detenida de noticias y comentarios antiguos, en esas lenguas y otras como el árabe, que nos dan pistas para su comprensión.

· Sigue luego un estudio sintético de la vida del fundador, Mani y de su obra, desde las circunstancias sociopolíticas del momento de su nacimiento hasta su actividad misionera, su tarea literaria y las circunstancias de su muerte.

· A este capítulo sigue otro, importante que procura caracterizar el tipo de religión que es maniqueísmo. Para muchos lectores interesará aquí la discusión sobre si el maniqueísmo es en verdad una gnosis o no.

· El núcleo central del estudio introductorio está dedicado a la exposición razonada y crítica de la doctrina maniquea: su enseñanzas acerca de los primeros principios, sobre el origen del mundo y del ser humano; su doctrina de la salvación, la organización de su iglesia, su práctica moral y ritual, más las ideas sobre los momentos y destino finales del ser humano y del cosmos, la escatología.

· Sigue aquí un capítulo sobre “la piedad maniquea” que me parece interesante e iluminador. Normalmente no se suele conceder una apartado tan importante a este aspecto esclarecedor del sentido religioso en los libros/introducciones a otras religiones. En mi opinión, arroja mucha claridad sobre la cuestión cómo era el maniqueísmo una exposición de este tipo. Por ejemplo: el sol y la luna como objetos de devoción; la piedad en torno a la figura de Mani y la descripción de la festividad religiosa más importante del maniqueísmo, el “bema” (“estrado”, pero sobre todo “trono” y “tribuna”).

· Al final hay dos capítulos que me parecen también muy sugestivos: el esbozo de una historia del maniqueísmo, y un panorama de la historia y progresos de la investigación sobre esta religión: desde la antigüedad y sus relativos pocos progresos hasta el siglo XVIII, y la renovación y consolidación de estudios verdaderamente esclarecedores a partir de esa fecha y sobre todo desde el siglo pasado, durante el cual se produjo un notable avance puesto que se descubrieron manuscritos antiguos con nuevas fuentes a disposición de los estudiosos.

El libro concluye con unos apéndices e índices muy útiles: un esquema de cómo se concibe la divinidad y su entorno (“el “panteón”) en el maniqueísmo; un índice prosopográfico (prósopon, en giego significa "rostro", y de ahí "persona"): quiénes fueron sus personajes más importante y cuál fue su trayectoria vital, las cronologías de Mani y de la investigación en torno a su persona, obra y la religión por él fundada. Entre los índices, considero que el de materias, aunque breve, es especialmente ilustrativo para el lector.

Mi valoración global de esta importante y notable contribución al estudio del maniqueísmo ha sido expresada al principio de esta presentación. Reitero que la estimo como una aportación clara, bien escrita y legible, sucinta, seria, muy bien informada y completa sobre lo que puede saberse hoy acerca de esta religión, de la historia y desarrollo de su investigación y como una prospectiva sobre las tareas que pueden y deben acometerse en el futuro. Enhorabuena al autor y mis deseos de que tenga el éxito que su tarea se merece.

El próximo día presentaremos el volumen de textos maniqueos al que sirve de introducción la obra que hemos comentado.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
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