¡Feliz domingo! Hoy es el día de san Ignacio de Loyola y mañana escucharemos música relacionada con el santo. Como todos los domingos, vamos a disfrutar de música del genio de Eisenach. Terminamos hoy la serie de los famosos Conciertos de Brandeburgo.

Antes recorramos algo más de la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Quienes iban a estudiar con él dejaron escrito que a veces el maestro no tenía demasiadas ganas de enseñar por lo que se sentaba al teclado y tocaba durante horas y horas, por supuesto para que sus alumnos aprendiesen. Muchos de ellos aprendían copiando sus composiciones, obviamente con el objeto de empaparse de ella. El proceso era tan lento, pero tan exigente, que la cuestión pedagógica estaba totalmente garantizada: a la vez que las piezas se copiaban se analizaban. Una buena multitud de alumnos suyos terminaron de organistas y compositores de la corte. Otros también fueron escritores sobre música así como teóricos de la misma.

Escuchemos el Concierto de Brandeburgo n.º 6 en si bemol mayor, BWV 1051. De alguna forma similar al tercero, está compuesto solamente para las cuerdas, pero de una forma totalmente distinta ya que solo cuenta con dos violas (da bracchio), dos violas de gamba, el chelo y el violón para el continuo. No aparecen fuertes contrastes musicales y la sonoridad general es soberbia; el uso de esa instrumentación es totalmente poco convencional y la parte más complicada se la llevan las violas y el chelo, dejando las gambas algo más libres. El primer movimiento suena casi en forma de fuga aunque tiene un ritornelo, conciso y contrastante. El segundo destaca por su carácter nostálgico y el último tiene forma de giga pero con forma de variaciones.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es de la Netherlands Bach Society dirigida por Shunske Sato.