¡Feliz domingo! Hoy sí que terminan lo que podríamos llamar propiamente las obras para órgano de Bach. Lo que empieza a llegar a partir de este domingo podría ser interpretado en el órgano pero también en el clave, por lo que toda esta apasionante serie de música para el instrumento favorito de Bach, del que era un consumado maestro, termina hoy. Espero que la hayas disfrutado y repitas muchas de ellas.
Pero seguimos en compañía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), maestro alemán nacido en Eisenach. Creo que ya te he hablado de esto varias veces pero puede ser un buen momento para darle un repaso a la prole de Bach, que fue mucha y muy amplia. Como es sabido, su primera mujer fue Maria Barbara Bach (es el apellido de soltera porque eran primos) y con ella tuvo siete hijos: Catharina Dorothea, Wilhelm Friedemann, Johann Christoph (que murió en mismo día que nació), Maria Sophia (gemela de Johann Christop y que murió a los pocos días de nacer), Carl Philipp Emanuel, Johann Gottfried Bernhard (que murió con veinticuatro años) y Leopold Augustus (que murió al año de nacer). La segunda esposa fue Anna Magdalena Wilcke, con la que tuvo trece hijos: Christiana Sophia Henrietta (que murió con tres años), Gottfried Heinrich, Christian Gottlied (que murió también con unos tres años), Elisabeth Juliana Friederica, Ernestus Andreas (muerto el mismo año que nació), Regina Johanna (muerta con cinco años), Christiana Benedicta (fallecida al poco de nacer), Christiana Dorothea (fallecida al año de nacer), Johann Christoph Friedrich, Johann Augustus Abraham (muerto al poco de nacer), Johann Christian, Johanna Carolina y Regina Susanna. En total... ¡veinte hijos!
Disfrutemos de «su» Partita coral sobre «Allein Gott in der Höh' sei Ehr'», BWV 771. Las comillas se deben a que actualmente se sabe que la obra es de Andreas Nicolaus Vetter, como así aparece en un manuscrito de la Staatsbibliothek de Berlín. Puesto que vemos un uso algo primitivo del motivo coral, Spitta atribuyó esta pieza a un joven Bach influido por Pachelbel. Sin embargo, la comparación con otras auténticas de Bach hace que esta obra quede claramente enmarcada entre las que no son suyas. Sea como fuere, escuchamos aquí un bello juego contrapuntístico en forma de variaciones con diversas técnicas.
