Mirad el milagro

¡Feliz jueves! El milagro de hoy es la música que vamos a disfrutar. La obra va a ser algo larga así que lo mejor que puedo aconsejarte es que saques algún rato para escucharla completa, que es por otra parte como cobra todo su sentido. El compositor de hoy creo que ha aparecido por aquí alguna que otra vez y como siempre nos dejó con ganas de más, pues aquí hay algo más sobre él. Prepárate para algo más de media hora de puro, simple y, nada más y nada menos que disfrute.

Nos visita Nicholas Ludford (1485-1557), compositor británico del que no se conoce su lugar de nacimiento aunque es posible que fuese en Londres. Está considerado como uno de los maestros más preeminentes de la primera época Tudor. La primera alusión a él es en Westminster, en 1517, donde podría estar relacionado con la Capilla Real. Parece ser que trabajó en la capilla de San Esteban, como sacristán y organista, aunque quizá su función principal era tenerlo todo a punto para cuando tuvieran lugar algunas ceremonias. Además de como organista, también se encargaba de la supervisión de la música que se interpretaba en la capilla. Estuvo envuelto también el a administración de St. Margaret de Westminster, aunque quizá no dedicándose a la música todo lo que le gustaría. No hay evidencias de que compusiese para la Iglesia recientemente reformada sino que se mantuvo fiel a la católica. Es muy posible que muriese debido a una epidemia de gripe que hubo en Inglaterra en 1557.

Hoy te traigo su Misa Videte Miraculum, a seis voces. Es su obra más celebrada y solo se conserva en el «Caius Choirbook», relacionado con San Esteban. El canto llano en el que se basa es de las vísperas de la presentación de Jesús en el templo y Ludford nos regala una textura expansiva debido a la inclusión de dos voces agudas (en inglés treble). El cantus firmus va viajando de voz a voz entre las distintas secciones de cada movimiento y el maestro va destacando el texto mediante diversas combinaciones vocales y también señalando algunas palabras. Destaca cómo reduce las voces en el «Et incarnatus» y al final del Gloria va acumulando poco a poco las voces hasta el amén final. En el Agnus Dei incorpora un cantus firmus alternativo, aunque mantiene el principal en el resto del movimiento. Una obra verdaderamente gloriosa.

La interpretación es de The Cardinall's Musick dirigido por Andrew Cardwood.

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