Optimismo beethoveniano
Para empezar la semana, qué mejor que cargarse de optimismo, ¿no? El encargado de hacerlo será ese músico de músico que tantas obras para la posteridad y nuestro deleite ha compuesto. La música, no de lo más conocido de él (aunque para nada es desconocida) hará que cargues las pilas en un momento y se te llenen los sentidos energía.
De entre la grandísima cantidad de obras compuestas por el sordo genial hoy quiero que pases un ratito con su Sinfonía número 8 en Fa Mayor, Op. 93. Fue compuesta en 1812 (año emblemático donde los haya) y Beethoven la llamaba cariñosamente "mi pequeña sinfonía en Fa Mayor". Es una sinfonía muy alegre y jovial, y nada trágica como otras. Es una obra que suscita diversas reacciones en el público. Muchos la consideran una obra maestra, y el propio compositor le tenía mucho cariño y estima. Otros la consideran una obra no tan perfecta y redonda como otras. Czerny le preguntó a su maestro Beethoven por qué no Octava no era tan conocida como su Séptima. Beethoven respondió que esto se debía a que la Octava era mejor que la predecesora.
Está dividida en cuatro movimientos: Allegro vivace e con brio - Allegretto scherzando - Tempo di Menuetto - Allegro vivace. Para no agobiarte con mucha música hoy lunes, te traigo el segundo movimiento. Hay quien considera esta obra una parodia del metrónomo, que por aquellas fechas empezaba a usarse. Aunque se supone que es el movimiento lento de la sinfonía tiene un tempo más rápido de lo habitual. Wagner lo consideraba en realidad el scherzo de la obra.
La partitura de la sinfonía la puedes seguir aquí.
Aquí tienes esta joyita interpretada por la New Philharmonia Orchestra dirigida por Otto Klemperer. Fíjate que el maestro Klemperer, debido a su edad, dirigía la orquesta sentado.