Preces de los Fieles (D. 30º TO A 2ª Lect. 29.10.2017): abandonar ídolos y servir al Amor

La señal de nuestra conversión es el amor a los hermanos. “No se puede amar a Dios sin amar al prójimo y no se puede amar al prójimo sin amar a Dios... El amor es la medida de la fe... Mi fe es como yo amo. Y la fe es el alma del amor” (Papa Francisco, 26.10.2014, comentario a Mt 22, 34-40). Pidamos esta fe diciendo: “que nuestra fe, Señor, se convierta en amor” (Gál 5, 6).

Por la Iglesia:
- que nuestra pertenencia a la Iglesia sea libre y convencida;
- que estemos contentos de nuestra fe y mostremos esta alegría.
Roguemos al Señor: “que nuestra fe, Señor, se traduzca en amor” (Gál 5, 6).

Por nuestra parroquia, comunidad...:
- que seamos verdadera fraternidad, atentos y solidarios;
- que nos preocupe la gente de nuestro barrio, sobre todo los más débiles.
Roguemos al Señor: “que nuestra fe, Señor, se traduzca en amor” (Gál 5, 6).

Por las autoridades civiles:
- que el Espíritu los fortalezca para buscar el bien común;
- que sean honestos, generosos, equitativos, legales...
Roguemos al Señor: “que nuestra fe, Señor, se traduzca en amor” (Gál 5, 6).

Por quienes visitan los cementerios:
- que la conciencia de la muerte los haga más humanos, mejores personas...;
- que encuentren consuelo en la esperanza de Jesús resucitado.
Roguemos al Señor: “que nuestra fe, Señor, se traduzca en amor” (Gál 5, 6).

Por la paz en nuestro país:
- que seamos capaces de dialogar, respetarnos, ser generosos...;
- que el amor universal sea la guía de nuestro comportamiento.
Roguemos al Señor: “que nuestra fe, Señor, se traduzca en amor” (Gál 5, 6).

Por esta celebración:
- que nos dé fuerza para abandonar nuestros “ídolos” basados en el egoísmo (poder, dinero...);
- que nos alegre la conciencia y nos anime a perdonar, a ayudar, a acompañar...
Roguemos al Señor: “que nuestra fe, Señor, se traduzca en amor” (Gál 5, 6).

Que tu Espíritu, Señor, nos dé energía y buen juicio (2Tim 1, 7) para promover cambios en la sociedad y en la Iglesia, para vivir mejor el evangelio y ser testimonios vivos de tu vida. Te lo pedimos a ti, Jesús resucitado, que vives por los siglos de los siglos.

Amén.

Rufo González
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