Preces de los Fieles (D. 20º TO C 14.08.2016): “¡Hay que responder a las mociones del Espíritu!”

He venido a prender fuego en el mundo(Lc 12,49-53). Esto decía Jesús hablando del Espíritu que le llenaba, y que nos entregó para que fuera nuestro huesped en la Iglesia y en el corazón de cada uno. Pidamos recibir todos este Espíritu y dejarnos guiar por él diciendo: “Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos” (Evangelii Gaudium, 288).

Por la Iglesia:
- que “consigamos ahora un nuevo ardor de resucitados”;
- que “que llevemos a todos el Evangelio de la vida que vence a la muerte”.
Roguemos al Señor:“Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos”.

Por quienes presiden la Iglesia:
- que “nunca se encierren ni se detengan en su pasión por instaurar el Reino”;
- que sean capaces de llevar “a todos el don de la belleza que no se apaga”.
Roguemos al Señor:“Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos”.

Por los más débiles (enfermos, parados, marginados...):
- que sean iluminados con la alegría del Evangelio;
- que nuestra vida sea comunión con ellos y sus problemas.
Roguemos al Señor:“Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos”.

Por nuestros pueblos y ciudades:
- que crezcan en verdad, en justicia, en honradez, en ayuda mutua;
- que cuiden a los más desvalidos, a los enfermos, a los sin techo...
Roguemos al Señor:“Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos”.

Por la paz del mundo:
- que cese el terrorismo político, religioso, racial...;
- que trabajemos por suprimir la miseria, la tiranía, las armas de guerra...
Roguemos al Señor:“Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos”.

Por esta celebración:
- que nos fortalezca en el Espíritu de Jesús, en su amor gratuito;
- que nuestra comunidad sea fuente de amor y de alegría.
Roguemos al Señor:“Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos”.

Queremos, Señor, que María, “Madre del Evangelio viviente, manantial de alegría para los pequeños, ruegue por nosotros” y podamos “resplandecer en el testimonio de la comunión,
del servicio, de la fe ardiente y generosa, de la justicia y el amor a los pobres” (Evangelii Gaudium, 288). Por los siglos de los siglos.

Amén.
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