Como niños

Hoy, comida de fraternidad en Loureses, éramos mas comensales que habitantes tiene el pueblo un día normal. Entrantes, pulpo, churrasco, café, licores y postres. “La muerte es mensajera de la vida”, dijo alguien cuando vio que algunos se levantaban para ir a un entierro. Los niños, como puras melodías, se levantaban y correteaban entre las meses. Por la tarde baile, por la noche cena y, para remate, queimada. Los problemas del mundo pasaban sobre nuestras cabezas como niebla de otoño. Por momentos pensé en todos esos que hablan y s preocupan por la felicidad mientras desprecian sentarse al lado del otro y compartir con él mesa y mantel escuchando y hablando de todo y de nada. Así pasamos el día como niños que nada se preocupan por el instante próximo.
Volver arriba