El obispo emérito de San Sebastián, Juan María Uriarte, pronunció ayer una conferencia, de la que damos cumplida información en RD. En la misma, el prelado hace un interesante análisis, con la necesidad de preparar el presente y el futuro de Euskadi sin ETA. Pero también yerra, y en mi opinión gravemente, al considerar que hay algunas víctimas que son inocentes, y otras que no, y al advertir que las víctimas no pueden condicionar el futuro político. Sin las víctimas, es imposible una reconciliación plena y una construcción verdadera del Euskadi post-ETA. El resto sería comenzar la casa por el tejado. Y Uriarte lo sabe. Lástima esa tentación de algunos eclesiásticos por equiparar lo inequiparable, por justificar lo injustificable... por, a fuerza de pedir "justicia para todos", acaben resultando profundamente injustos.

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