Comienzo por decir que no hay tal caso Victorino Pérez. El teólogo, que hace unos años contrajo matrimonio civil y que se comprometió con el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, a no oficiar misa, no ha roto su promesa. Conozco poco a Victorino, pero la impresión que me quedó de alguno de nuestros encuentros era la de encontrarme ante un hombre cabal y de honor. Y la palabra de una persona así debería bastar. Sin embargo, los de siempre, los emponzoñadores de conciencias, los artistas de la hoguera y la condenación, aquellos que hoy condenarían a Cristo por hereje y le enviarían a la cruz o al mas horroroso tormento, los profetas de desventuras, los mercaderes del Templo, con nocturnnidad, alevosía y amparados en las denuncias anónimas y la presión asfixiante, han forzado a un prelado tradicionalmente moderado como Barrio a tener que salir a la palestra pública para asegurarse de que todo seguía según lo previsto.

«Me he comprometido con el arzobispo a no oficiar misa y lo estoy cumpliendo», ha sido la respuesta, clara, contundente, de Victorino. Lamentablemente, cada vez se dan más este tipo de episodios entre los que se creen en posesión de la verdad absoluta, y por tanto son absolutamente necios. Los mismos que esperan como buitres cualquier declaración de Pagola, Forcades, Arregi, Queiruga, Pikaza, etc... para lanzarse como alimañas. Carroñeros que no tienen nada que ver con el Resucitado. Por fortuna, el Dios del amor colocará a cada uno en su sitio. Pues, como diría el hermano Cortés, "Dios no está donde quiere la Iglesia, sino que hay Iglesia donde está Dios".

PD: A diferencia de otros blogs, en este trata de respetarse la libertad de los comentaristas. A veces, hasta el extremo de rayar lo delictivo. En este caso, empero, se han traspasado muchos límites, tocando temas personales que ni venían a cuento y en los que se miente, se denigra y se difama a personas de bien, lo cual se puede demostrar con papeles, declaraciones y sentencias judiciales absolutamente clarividentes. Las IP de aquellos que han insultado, difamado y menospreciado a la familia de Vitorino Pérez ya están a su disposición para las acciones que él estime oportunas. Sólo por esta razón, y de modo excepcional, los comentarios a este post quedarán deshabilitados. Lo único que siento es que esta decisión pueda ser interpretada como una victoria de los adoradores de la hoguera. Así nos va.

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