Teología judía del Hijo del hombre en el siglo I d.C. como réplica a la de los cristianos (109-20)

Hoy escribe Antonio Piñero


Tema: “No es necesario para el cristianismo copiar ideas de la religiosidad pagana: las tenía todas en el judaísmo. Sólo era necesario sacar algunas consecuencias de ideas poco explicitadas”. Detrás de esta proposición –que es de Martin Hengel- estamos intentando, en diálogo con ella- esclarecer cuál es el lugar histórico dentro de la historia de las religiones del cristianismo de Pablo de Tarso.

Afirmábamos en nuestra última postal que la expresión “el Hijo del Hombre” como título mesiánico aparece por primera vez en la historia de las ideas religiosas en la teología de los evangelios sinópticos. Y en esta entrega apunto la posibilidad (al menos es así como lo creo a modo de hipótesis explicativa) que ese mismo título “Hijo del Hombre”,

• Que se halla en el libro de las parábolas de Henoc (1 Henoc 37-71: estimo que de la segunda mitad del siglo I d.C., posterior a la aniquilación del asentamiento de Qumrán por los romanos en el 68 d.C.)

• Y el título similar del Libro IV de Esdras el “hombre [hijo de hombre] que procede del mar”: IV Esd 13 (del año 100 d.C.)

• Más la noción de la muerte del mesías después del final del reino mesiánico en la tierra que aparece con toda claridad en el IV Esdras 7,29: El texto actual dice mi Hijo Cristo, que es una interpolación cristiana. El original decía aquí: “morirá mi Ungido”. En ese caso la palabra “Hijo” sería también una inserción cristiana. 2 Baruc 30,1 habla implícitamente de la muerte del mesías y su retorno al cielo, desde donde vendrá en su “segunda venida” (2 Baruc 70),

• Más el concepto de Henoc-Metatrón, una suerte de mesías humano-celeste desarrollado por el judaísmo del siglo II (figura que explicaremos más adelante), que está al lado de Dios en el cielo,

repito que el título “Hijo del Hombre”, junto con todas estas figuras mesiánicas, no son otra cosa que una respuesta, una verdadera réplica teológica por parte del judaísmo postcristiano a la teología de los Evangelios Sinópticos que proclamaba que el título “Hijo del Hombre” fue utilizado por Jesús mismo para autodeclararse mesías, pero no en un sentido usual al del judaísmo del momento, sino en uno especial, que incluía su muerte, su resurrección y su vuelta a la tierra para cumplir definitivamente su misión. Algo así como si la parte del "judaísmo normativo", activa en esa época, hubiera respondido teológicamente a la audacia teológica de una secta judía marginal, que es lo que el cristianismo era en esos momentos.

Explico un poco más esta hipótesis:

En mi opinión, la adopción de la fórmula “el Hijo del hombre” como título mesiánico es una creación de la teología de la comunidad cristiana helenística, que luego se plasma en el Evangelios canónicos, incluso en el de Juan, quien no tiene más remedio que acoger tal expresión, aunque la use muy poco.

Se trata, creo, de una construcción intelectual y exegética sobre una fórmula aramea (bar nash[a]) mal traducida al griego lo que propició una mala intelección de ella. Repetiré la explicación que he dado anteriormente en este blog y en otros sitios: la frase aramea “hijo de hombre” (sin artículo) es traducida al griego con la añadidura de dos artículos: “el Hijo del hombre”, lo que le hace perder su aspecto genérico de “ser humano” y le da un tono singular, apto para convertirse en título mesiánico.

(El estudio clásico sobre esta fórmula y su significado es el ya antiguo de G. Vermes en un apéndice al libro de M. Black, An Aramaic Approach to the Gospel and Acts (“Aproximación aramea a los Evangelios y Hechos”, Londres 3ª ed. 1967). Acaba de salir un libro de Maurice Casey, The Son of Man. A solution, pero aunque ha llegado durante el verano a la Biblioteca de mi Facultad, todavía no he podido leerlo).

Pero es importante recalcar que ello no significa, ni mucho menos, que tal título mesiánico fuera una arbitraria creación teológica cristiana a partir de la nada. Más bien la entiendo como una evolución (junto la de los otros títulos cristológicos) sustentada, ciertamente, en la base de que el Jesús histórico utilizó la expresión “hijo de hombre”, para referirse a sí mismo como “este ser humano que está aquí”.

Deseo insistir expresamente en esta idea: la cristología del Nuevo Testamento no se inventa a partir de la nada, sino siempre con una base, apoyándose en dichos o hechos del Jesús histórico que se interpretan con otra luz a partir de la firme creencia en la resurrección y en que con ese evento Dios ha constituido a Jesús Señor y Mesías (en concreto en los Evangelios canónicos a la luz de un transfondo de pensamiento paulino).

A partir de ahí, es sencillo imaginar que entre los cristianos de lengua griega a títulos como “Hijo de Dios” se le otorgue un sentido más profundo, distinto en suma al que tenía en el Antiguo Testamento. “Señor”, por ejemplo, entendido primero como una manera de dirigirse respetuosamente a un hombre situado en una categoría superior, pasa luego, utilizándolo en sentido absoluto, a tener connotaciones divinas: se equipara a Jesús con la divinidad gracias a la creación simultánea de la teología de la preexistencia.

Pero, a la vez, siempre debe quedar claro que estos títulos reinterpretados así suponen en mi opinión un salto teológico, es decir el paso de la figura de un Jesús como ser humano, un “hijo de hombre”, a un personaje divino de algún modo, “el Hijo del Hombre”.

No es el momento de intentar explicar exactamente el mecanismo de este proceso de adaptación (lo hemos hecho en este blog), pero digamos en líneas generales que tal progreso en la cristología va unido a la aplicación del concepto de preexistencia a la figura de Jesús como “hijo de hombre”.


Seguiremos.
Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

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En el otro blog, “Cristianismo e Historia” (en la revista electrónica “Tendencias21”, el tema de hoy es:

“Sobre el reino del mesías en el Libro I de Henoc”
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Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009)

Para obtener más información:

http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp

Saludos de nuevo.
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