El aula Pablo VI acogió hoy un momento diferente y especial en este tiempo veraniego. Al final de la audiencia general, durante el recorrido que hace el Papa saludando a los peregrinos, Francisco se paró con un joven para jugar al futbolín.
Los fotógrafos captaron el momento con rapidez mientras el Pontífice sonreía y de manera divertida y espotánea intercambió varios juegos.
El Papa sigue sorprendiendo. El miércoles pasado dejaba boquiabiertos a los peregrinos que estaban en la audiencia general cuando al final de la catequesis cogía el teléfono móvil. Ahora, una vez más, Francisco quiere mostrarse como un hombre normal. Así lo muestran sus zapatos o la carpeta de cuerpo negro que siempre lleva como equipaje.