Desayuna conmigo ( jueves, 02.01.20) De Zaragoza a Granada

 España a cuestas

La Alhambra de Granada
La pulsión política del momento invita a saborear sosegadamente España. El día se presta a ello trazando una línea medular que arranca, un día como hoy, en El Pilar de Zaragoza en el año 40 de nuestra era y completa su recorrido de españolidad con la reconquista del último reino árabe, el de Granada, en este mismo día de 1492. Se trata de una línea que se fortalece fácilmente transformándose en triángulo con solo pasear la mirada por la Santina de Covadonga y Santiago de Compostela.

Aunque en más de una ocasión a uno, visto lo visto y habida cuenta de los vaivenes de algunos dirigentes, le hayan entrado ganas de mofarse de España y huir más allá de las estrellas (¿dónde, si no, para encontrar un lugar mejor para vivir?), lo cierto es que nuestro sistema de vida, tan repleto de oxímoron, resulta a la postre ilusionante, delicioso y estimulante. Cuando los españoles salimos fuera, añoramos mucho España (he tenido fuertes experiencias propias y ajenas sobre ese particular) y los extranjeros, tras pasar unas vacaciones en nuestra tierra, proyectan de inmediato su retorno para las siguientes.

La Virgen del Pilar

Buen momento este para darnos cuenta de que España siempre suma, nunca resta, nos hace más fuertes y mejores. Ser españoles nos confiere a todos, lo confesemos o no, potencialidades sobradas para llevar una vida no solo razonable, sino también muy lograda y hasta feliz. Para conseguirlo con relativa facilidad solo tenemos que liberar nuestra mente de tantos “ismos” perniciosos que nos atormentan por su afán de dividirnos para ser vencidos y de malgastar nuestros haberes para convertirnos en pobres. Los separatismos nos hacen perder fuerza y dinero.

Tenemos por delante todavía 365 días de 2020, incluido el de hoy, para delinear bien una senda de sentido común y recorrerla con tanto sacrificio como entusiasmo. Afortunadamente, el peso cultural y humano que tienen Zaragoza y Granada, sobreañadido al de Covadonga y Santiago, inclina nuestra balanza del lado de lo positivo, lo coherente, lo que nutre y afianza el crecimiento. ¡Un bonito día este para reflexionar sobre lo que realmente somos los españoles, sin añadirnos fanfarronería hueca, pero también sin sustraernos virtudes sólidas!

Correo electrónico: ramonhernandezmartin@gmail.com

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