"El gobierno nos pide que ayudemos al diálogo con la población", subraya el prelado, quien añade: "Nuestro único plan de acción es permanecer cerca de la gente. Daremos todas las respuestas que seremos capaces de dar a todas las situaciones que se presenten. Pero la guerra no es la solución, por eso creemos que el camino del diálogo político debe y puede continuar.
"Nuestro único plan de acción es permanecer cerca de la gente", afirma un obispo del país Bartolomé, ante la inminente invasión de Ucrania por parte de Rusia: "Las armas nunca son la solución"
El patriarca de Constantinopla invita "a todas las partes involucradas a seguir el camino del diálogo y el respeto al derecho internacional"
“Hay que oponerse rotundamente a la posibilidad de una nueva guerra en Europa, derivada de la escalada de la retórica violenta y la militarización de las fronteras entre Rusia y Ucrania. Pedimos paz duradera, estabilidad y justicia en la región”
“Las armas nunca son la solución. Por el contrario, sólo pueden causar guerra y violencia, dolor y muerte. Como dijo recientemente nuestro querido hermano Francisco, el Papa de Roma: 'No lo olvidemos: la guerra es una locura'”. El patriarca Bartolomé ha hecho un llamamiento a la paz ante la inminente invasión de Ucrania por parte de Rusia, que según EEUU podría darse este miércoles.
“Creemos firmemente - dijo Bartolomé - que no hay solución posible para preservar y garantizar la paz fuera del camino del diálogo, que suprime las condiciones que conducen a la violencia y la guerra”. Por eso, el patriarca invitó "a todas las partes involucradas a seguir el camino del diálogo y el respeto por el derecho internacional, para poner fin al conflicto permitiendo que todos los ucranianos vivan en armonía".
“Hay que oponerse rotundamente a la posibilidad de una nueva guerra en Europa, derivada de la escalada de la retórica violenta y la militarización de las fronteras entre Rusia y Ucrania. Pedimos paz duradera, estabilidad y justicia en la región”, subrayó el patriarca de Constantinopla, quien insistió en que "la guerra y la violencia ciertamente deben ser opuestas con cada fibra de nuestro ser".
"Condenados" a la paz
El patriarca también se dirigió a los representantes de las tradiciones religiosas, a las autoridades, a todas las personas de buena voluntad para pedir “una solución pacífica a esta peligrosa escalada de palabras y medios que pesan pesada y amenazadoramente sobre el pueblo ucraniano”. El silencio y la indiferencia no son una opción. No hay paz sin vigilancia constante. Por tanto, todos estamos 'condenados a la paz, es decir, destinados continuamente a establecerla y defenderla'.
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