Listas para servir, “como Dios manda”

Berakah entrega el jueves los diplomas a sus primeras “tituladas” en servicio doméstico.


En la jaima donde vivía no se hacía la cama, en la choza de adobe de su poblado no se cocinaba patatas a la riojana, en el desierto la ropa se “plancha sola” y en la sabana africana los electrodomésticos están a falta de enchufes donde tomar la corriente. Aproximadamente de estas realidades proceden las 12 mujeres que este jueves 6 de marzo recibirán su diploma Berakah que las acredita para trabajar en el servicio doméstico. El acto tendrá lugar a las 18:30 horas en los locales de Zugaz, en la calle Cuchillería esquina con el cantón de San Marcos.


Desde el pasado mes de Diciembre se ha venido realizando en Berakah un curso de servicio doméstico dirigido a mujeres inmigrantes. Durante 11 sesiones, se han tratado temas tan diversos como labores del hogar (planchar, coser, limpiar, hacer camas), elaboración de platos básicos de la gastronomía occidental, movilidad y cuidado de personas mayores, primeros auxilios, y orientación laboral. Este próximo jueves celebraremos la jornada de clausura y entrega de diplomas a estas 12 mujeres, que con gran ilusión, dan por terminada su formación y esperan la oportunidad de demostrar lo que han aprendido a lo largo de estos 3 meses. Un aspecto importante del curso ha sido que la formación se ha orientado de cara a un servicio “como internas”.

Las doce mujeres que han participado en este primer curso proceden de Guinea, Marruecos, Argelia y Nigeria. Durante el curso han contado con la ayuda de personas cualificadas para la formación en los temas abordados. Se ha buscado en todo momento preparar a estas mujeres para el difícil mundo laboral y para un trabajo muy concreto, el del servicio doméstico. El diploma que se les hará entrega es un respaldo de Berakah y un signo de esperanza y de futuro para ellas.

Nota: Berakah ofrece un servicio de orientación laboral y recoge también ofertas de trabajo que traslada a las personas que puedan responder al perfil demandado.


Non solum sed etiam

Esta es la nota de prensa que ha difundido el colectivo de Berakah para los medios de comunicación. Es curioso cómo a veces no somos conscientes de algunas realidades. Me refiero a que el trabajo de las personas que se dedican al servicio doméstico es una fuente de motivos para reflexionar:

1.- El trabajo doméstico es el que se realiza fundamentalmente en el ámbito de la casa, del domicilio, el que hacen, mayoritariamente madres, abuelas y al que poco a po co nos vamos sumando los hombres.

2.- El trabajo doméstico es una tarea que todos reconocemos como ingrata, no reconocida por los que se benefician de ella, “impagable”, … recientemente en una web americana se hacía un cálculo aproximado de lo que tendría que pagarse a un ama de casa y salía la cifra de 114.000 $ al año. Paradójicamente es un sector en el que los salarios son muy bajos y la misma sociedad que clama al cielo por el sueldo del ama de casa a renglón seguido racanea el salario de su asistenta del hogar.

3.- No se en otros lugares del mundo, pero entre nosotros si no fuese por las mujeres latinas y alguna africana, y alguna de países del Este, … no sé en manos de quien estarían los ancianos y niños de muchos hogares.

4.- Hasta que uno no se pone “manos a la obra” no descubre que hacer la cama tiene su técnica, cambiar el polvo de sitio no es limpiar el polvo, cocinar en serio no es meter el taper en el microondas, y atender a una persona enferma exige conocimientos sanitarios y mucho cariño. Pero además también como nadie nacemos aprendidos, el ejercicio de estas tareas/trabajos ha de ser enseñado de manera especial para quienes en sus lugares de origen el término cama o ni existe o no se parece al nuestro; para quienes donde empezaron a vivir la comida no se compraba en un hipermegasupermercado; para quienes lo que vieron a sus madres cocinar fue la yuca, la mandioca o el ñame y no las patatas, las alubias y los macarrones.
Una gran labor la de Berakah que ha querido formar a estas mujeres para servir “como Dios manda”, es decir, con cariño, conocimiento y profesionalidad.
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